lunes, mayo 04, 2015

CAPÍTULO IV: AQUELLA GLORIOSA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES (Libro del Dr. Vladimir Cerrón Rojas)



Fernando Romero Villanes

La necesidad de que el único estamento revolucionario no caiga en manos del aprismo fue una misión social dentro de la lucha ideológica y política a nivel nacional y regional de la juventud universitaria que, tras años de larga lucha, lograra la liberación de cada uno de sus centros de estudios.

La FEUC tuvo como primer presidente al alumno Jesús Fernando Romero Villanes y luego a Julio Seminario Wensel, ambos estudiantes de la nocturna en las Facultades de Educación y Ciencias Económicas, respectivamente. Romero se hizo de la presidencia al derrotar al candidato aprista Mayer Martel. Romero pertenecía a las filas del FER con clara tendencia izquierdista, formación marxista y sindicalista a su ingreso a la universidad. Además, integraba la Federación de Empleados Bancarios (FEB) y permanecería asesorado por ellos. Romero dirigió, los primeros años, los destinos del estamento estudiantil y conjuntamente con los sectores progresistas lanzó la necesidad de nacionalización de la universidad. Un comunicado de la FEUC del 8 de noviembre de 1961, da fe de lo manifestado en los siguientes términos: “Siendo la FEUC presidida por Fernando Romero, se lanzó el grito de nacionalización, y que algunos de los miembros del Consejo Académico pretenden abanderarse con algo que no les pertenece, ya que ellos fueron principales opositores a nuestra lucha” (146).

Según algunos dirigentes apristas, Romero era un tipo muy serio, poco comunicativo y autoritario. Tenía gran poder en la universidad puesto que la Facultad de Educación principal bastión del FER, era mayoritaria. “Cuando llegó el Congreso de la FEP en Ayacucho el año 1963, fui incluido en la comisión a pesar de ser aprista y nos fuimos tres delegados: Fernando Romero, Alberto Valencia y un tal Gotuzo. Nos recibieron el presidente de la Federación de Estudiantes Zenón Naveda y el rector de la UNSCH Efraín Morote Best, quien nos invitó gentilmente a tomar un café. Morote lucía con su tremenda y popular corbata michi. El congreso se desarrolló sin mayores contratiempos, ahí Romero me presentó a Carlos Tapia, delegado de la Facultad de Ingeniería Rural si bien recuerdo. Al regresar a Huancayo tuvimos un contratiempo, los carros quedaron varados en una zona desértica, teníamos hambre y sed. Romero había desaparecido y al cabo de las horas regresó con un pan y una naranja, las cuales las repartieron equitativamente y nos dio una gran lección de solidaridad en la austeridad, repartió lo poco que había conseguido. A pesar de las discrepancias políticas, ahí comencé a admirarlo” (364).

La lucha que tenía que enfrentar el FER estaba clara y era contra el Apra, partido que controlaba la universidad. Esa lucha era vital, puesto que si el estamento estudiantil era capturado por el aprismo, tendrían una carta blanca para sus fines y la universidad no hubiera sido nacionalizada ni reorganizada. Esta posición ferista, sería blanco de múltiples ataques verbales y físicos por parte del Apra. Así, en el mes de abril de 1961, la Federación Universitaria de San Marcos (FUSM) hace presente su solidaridad y protesta frente a las agresiones cometidas a los dirigentes de la FEUC, Fernando Romero, José Vílchez, Juan Aguinaga y José Gálvez, quienes resultaron con diversas lesiones al tratar de ingresar pacíficamente a su universidad, la misma que inexplicablemente se encontraba cerrada y custodiada por estudiantes apristas, el subprefecto de la provincia, empleados de la universidad y otros elementos extraños, provistos de piedras, cadenas, palos y manoplas, con los que atacaron a los estudiantes.

Romero tuvo dos gobiernos al frente de la FEUNCP (1960-1961 y 1962-1964). Una vez egresado fue profesor en Pampas (Huancavelica) y luego en la vespertina del Colegio Nacional San José de Jauja. En 1969 ejerció la cátedra universitaria y fue director del Programa de Educación Física en Altura de la Universidad Nacional de Educación con sede en Muquiyauyo. También fue catedrático en las universidades nacionales Faustino Sánchez Carrión de Huacho y San Luis Gonzaga de Ica (363). Actualmente labora en la Escuela de Post Grado de la UNMSM.

El FER contra el FUR

El Frente Universitario Reformista (FUR) era la agrupación estudiantil aprista hasta 1964, luego pasó a ser la Unión Estudiantil Universitaria (UEU) hasta 1965 y posteriormente, la Alianza Revolucionaria Estudiantil (ARE). Por tanto, el FUR era la organización antagónica del FER. Actualmente el Apra no cuenta con una organización estudiantil reconocida en la UNCP, aunque cuenta con algunos simpatizantes.

En el mes de noviembre de 1961, en los ambientes de la universidad, ocurrieron graves sucesos en horas de la noche a raíz del “desafío público” formulado por el FUR retando al FER a sostener una polémica sobre temas políticos doctrinarios. Ésta se iba a producir después de la charla que sustentara su dirigente estudiantil Alberto Valencia Cárdenas, estudiante de la UNMSM.

Valencia a su entrada al Local Central de la universidad, recibió una fuerte silbatina y fue alcanzado por un proyectil en el parietal derecho que resultó ser un frasco vacío de loción capilar, aunque otros diarios afirmaban que se había tratado de una piedra, sin poderse identificar al autor del hecho. Los docentes apristas Manuel Zegarra Russo y Horacio Gago Espinoza preguntaron a un grupo de estudiantes quién había sido el autor de la pedrada y muchas voces respondieron: “El mismo que había tirado la piedra a Odría”, oyéndose risas.

Antes de los hechos, los miembros de la FEUC, después de un rápido acuerdo, cerraron la puerta principal aduciendo que los organizadores de la reunión no tenían la autorización correspondiente del Consejo Académico. “Sin embargo, minutos después se leyó la autorización en cuestión (303)”. Algunos diarios testificaron el incidente: “Con una herida de piedra en la cabeza resultó Alberto Valencia, estudiante de San Marcos y dirigente aprista, al dictar una conferencia política en la Universidad Comunal a invitación del FUR. Valencia que vino para organizar el FUR antes de las elecciones estudiantiles en la Universidad Comunal, encontró anoche fuerte resistencia de la mayoría del estudiantado y al ingresar a la Universidad en compañía de veinte personas de su partido, entre universitarios y ajenos, fue silbado. Del compacto grupo del primer patio del local salió una piedra que fue a dar a la cabeza de Valencia, quien sacó un pañuelo para limpiarse la sangre. Los estudiantes contrarios al FUR trataron de impedir el ingreso de Valencia, pero ante la intervención de un Alférez de la Guardia Civil que amenazó con disolver al grupo, avanzó rápidamente. Eran las 7 y 30 p.m., Virgilio Rosales presidente de turno del Consejo Académico del mismo color político, dijo que había autorizado la conferencia política porque anteriormente hubo otra sobre Cuba. El dirigente del FUR, Víctor Baldeón calificó de salvajes y comunistas a sus adversarios. La charla de Valencia que debía ser sobre “La revolución americana” según estaba anunciado parecía más una exposición doctrinaria del Apra. Recordó a Haya de la Torre desde 1924 hasta la fecha, diciendo que mantiene sus principios. Atacó a Rusia y Cuba y sostuvo que la revolución tiene que hacerse con la perspectiva de la teoría espacio-tiempo-histórico de Haya de la Torre, que tiene puntos coincidentes con el marxismo. Ante el asombro de la concurrencia (conformada en la mayoría por gente extraña a la Universidad), Valencia rindió homenaje a Lenin, el “gran revolucionario que ha sido olvidado por sus herederos”. Continúa: “El desafío hecho por el dirigente político y estudiantil Alberto Valencia, para discutir públicamente sobre problemas políticos, ha sido aceptado por Fernando Romero Villanes, Presidente de la FEUC. Valencia mediante un comunicado desafía a cualquier persona a un debate dentro de la Universidad Comunal. Es dirigente del FUR de San Marcos. Agrupación estudiantil aprista que también existe en la Comunal. Romero pone la condición hacer la polémica sobre cualquier tópico por intermedio de una emisora para que todo el pueblo pueda conocer, y no adentro de una conferencia en algún local donde los asistentes serían controlados por consignas del partido aprista como siempre lo hace” (304).

Como consecuencia de estos eventos (noviembre de 1961), los miembros del Consejo Académico de la universidad, tomaron una actitud drástica contra el presidente de la FEUC Fernando Romero, miembro de dicho cuerpo; aduciéndole la autoría de los sucesos ocurridos el 2 del presente en el seno de la Universidad Comunal. No obstante que el alumno se encontraba ausente y que las normas legales establecidas contemplaban que el acusado debiera estar presente al momento de sancionarlo para así tener oportunidad de hacer los descargos correspondientes (292).

Julio Seminario Wensel

Acerca de la postulación y posterior triunfo de Julio Seminario Wensel, en noviembre de 1961, los distintos medios de comunicación destacaron: “Se han inscrito dos listas. La primera con la fórmula de Julio Seminario Wensel y Mariano Pereyra; la otra con Pedro Sarmiento y Jesús Escate. Seminario estudia Ciencias Económicas y pertenece al grupo estudiantil del FER, y Mariano Pereyra estudia Educación y pertenece al Frente Universitario Comunal Independiente (FUCI). Pedro Sarmiento estudia Ingeniería Industrial y Jesús Escate, Arquitectura” (297).

El triunfo de Seminario fue arrasador, considerando aquella vez la población universitaria existente y las representaciones políticas del estudiantado: “Por 190 votos de diferencia triunfó ayer la fórmula de Seminario y Pereyra para los cargos de Presidente y Vicepresidente de la FEUC. En las ocho mesas donde realizaron el sufragio, los ganadores obtuvieron marcado favoritismo, menos en la Facultad de Ingeniería Industrial, en que Sarmiento obtuvo un margen a su favor. El cómputo final fue el siguiente. Para Presidente: Julio Seminario, 401 votos y Pedro Sarmiento, 211 votos. Para Vicepresidente: Mariano Pereyra, 404 votos y Jesús Escate, 206 votos. La Fórmula triunfadora estuvo apoyada en estas elecciones por el FER, el FUCI y el Frente Universitario Nacionalista (FUN)” (302).Otro diario acota: “Julio Seminario Wensel, gana las elecciones de la Presidencia de la Federación de Estudiantes de la entonces Universidad Comunal del Centro del Perú (UCCP) para el período de 1961-1962, acompañándole como Vicepresidente Mariano Pereira y Secretario de Organización Jaime Cerrón Palomino” (4).

Más adelante otro diario señala: “La próxima semana se instalará la nueva junta directiva de la FEUC que preside Julio Seminario Wensel y lo secunda en la Vicepresidencia Mariano Pereyra. Hace tres días se llevó a cabo la juramentación. En aquella oportunidad el cesante Presidente, Fernando Romero Villanes tomó el juramento a su sucesor en ceremonia cumplida en el Aula Magna de la Universidad. Los delegados de las diversas Facultades que integran la junta directiva de la FEUC son los siguientes: Secretario de Organización, Jaime Cerrón Palomino (Ciencias Sociales); Sub Secretario, Pedro Carrión (Ingeniería Industrial); Secretario de Defensa, Rodolfo Rodríguez (Agronomía); Subsecretario, Andrés Sobrevilla (Ingeniería Forestal); Secretario de Actas, Alejandro Mendoza (Agronomía); Subsecretario, Ildefonso Cárdenas (Ingeniería Industrial); Secretario de Disciplina, Adolfo Alvarado (Educación) y Subsecretario, Ciro Sihuay (Arquitectura)” (288).




Elecciones estudiantiles para elegir al presidente de la FEUC (1961-1962). Postulan por el FER Seminario, Pereyra y Cerrón. Archivo personal.




Julio Seminario Wensel del FER, segundo presidente de la FEUC, derrotó al candidato aprista Pedro Sarmiento. Huancayo, noviembre de 1961. Cortesía del Dr. Fernando Romero Villanes.




El costo de ser dirigente consecuente

Una de las consecuencias que acarrea ser presidente de la Federación o dirigente estudiantil es el estar sujeto a la represión de las autoridades universitarias o el sistema gubernamental. Fernando Romero fue reprimido con sanciones que llegaron desde la expulsión del claustro universitario hasta la prisión. Al iniciarse la matrícula del año 1961, no les permitieron el ingreso a los alumnos que eran fundadores y adeptos de la FEUC, entre ellos figuraban Fernando Romero Villanes, Javier Ríos Burga, José Gálvez, Renán Mera, Antonio Cisneros Reaño, Teodosio Rodríguez Narváez y Andrés Sobrevilla. El 29 de enero de 1962, la FEUNCP emitió un comunicado en la persona de su presidente Julio Seminario, denunciando la detención del presidente de la FEP Max Hernández Camarero, acompañaron a este pronunciamiento Alejandro Mendoza Laínez, Juan Aguinaga Maradiegue y Jaime Cerrón Palomino (126) y en el mes de diciembre del mismo año, Gustavo Espinoza Montesinos estaba siendo expulsado de la Universidad Nacional de Educación La Cantuta (50). La revista Reportaje testimonia que en diciembre de 1962 Julio Seminario y Fernando Romero, por su acción crítica al gobierno que había entrado de un golpe de Estado, fueron apresados por orden de la Junta Militar de Gobierno y más adelante continúa: “Pero si bien es cierto que los estudiantes se manifestaban contra la actitud dictatorial del gobierno, no menos cierto es que los sectores apristas de la misma Universidad se frotaban las manos de satisfacción al notar que el clima se hacía cada vez más tenso y que psicológicamente contribuía a reafirmarles la estabilidad de sus puestos ”(430,431).

La violación de la autonomía universitaria, ley por la cual los miembros de las FFAA y FFPP no podían ingresar al claustro universitario, siempre fue interpretada respecto a intereses políticos de las autoridades universitarias. La UNCP fue un blanco frecuente, así luego de una manifestación estudiantil contra la corrupción que concluyó con una toma de local, el 22 de diciembre de 1962, luego de una intensa resistencia por parte de los alumnos, la universidad fue tomada por los efectivos policiales. En esa intervención fueron detenidos Julio Seminario, presidente de la FEUNCP; Fernando Romero Villanes, ex presidente de la FEUNCP y los hermanos Paz de la Torre, entre otros (15). Otra de las características en la lucha ideológica y política de aquellas federaciones estudiantiles universitarias era su clara visión concatenada acerca de los problemas más álgidos de su región, del país e inclusive las de carácter internacional, incluyendo en sus manifiestos, opiniones acerca de la Revolución Cubana, la nacionalización del petróleo, el imperialismo norteamericano, la reforma agraria, la intervención del clero, etc. 


La violación de la Ley de Autonomía Universitaria por las FFPP es aún un ejercicio rutinario en la historia universitaria peruana. Diario Correo. Huancayo, 24 de diciembre de 1962.

Las luchas por las rentas y el inicio de la reorganización

El primer gobierno de Fernando Belaúnde Terry (1963-1968), no era precisamente una administración pro universidad, sino estaba orientada a dotarlas de menores rentas o asfixiarlas económicamente, si éstas se comportaban como adversarios políticos. Para acometer dicho fin contaba con la coyuntura antiuniversitaria de la coalición APRA-UNO. Es así como a finales del año 1963, la UNCP se encontraba en un caos económico y moral, motivo por el que se realizaron grandes movilizaciones en la lucha estudiantil como la Marcha de Sacrificio del 20 de diciembre, exigiendo mejorar las rentas e iniciar la reorganización integral de la universidad. Esta acción fue reforzada simultáneamente en Huancayo con una huelga de hambre (49). Está reportado en la historia que el 14 de junio de 1965, por los mismos móviles, la UNCP realizó otra marcha de sacrificio (72). Al año siguiente, la ayacuchana Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga también enfrentaría una lucha económica, ideológica y política, por la reposición de sus rentas.

El Apra y la utilización de la universidad

Para el año 1964, Fernando Romero había retomado la presidencia de la FEUNCP (19), lo que permitió denunciar un 5 de enero de 1964 que la Facultad de Agronomía estaba siendo utilizada como centro de operaciones del Apra. La FEUNCP tenía una unificación monolítica y representaba la mayoría de los Centros Federados de siete Facultades de las nueves que existían: Educación, Ciencias Económicas, Ingeniería Forestal, Ingeniería Industrial, Zootecnia, Ciencias Sociales y Arquitectura. El grupo disidente sólo se reducía a las Facultades de Administración y Agronomía (164).

Pese a estar arrinconado en el sector estudiantil, el Apra tenía la autoridad universitaria, pues no solamente manejaba el ingreso de los estudiantes, sino que podía “ascender” de ciclo académico a los alumnos que se identificaran plenamente con la causa del partido. Ésto pudo confirmarse el 6 de enero de 1964 por el Secretario de Organización de la FEUNCP José María Arauco quien como ejemplo: “Citó el caso del estudiante Gil Durán, que cursa cuarto año en la Facultad de Ciencias Sociales, sin haber cursado primero y segundo año” (310).

Así como manejaban la UNCP, también lo hacían en la Universidad Nacional de La Libertad de Trujillo, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Nacional Federico Villarreal, Universidad Nacional Faustino Sánchez Carrión, Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión. Esta estrategia aprista de penetrar las universidades aún sigue vigente, pero con la diferencia que se han replegado en la actualidad a las de carácter privado debido a su expulsión en la gran mayoría de las universidades nacionales, así tenemos la Universidad Alas Peruanas, Universidad Particular Inca Garcilaso de la Vega, Universidad Continental, Universidad San Martín de Porres, entre otras. Responde también a esta política el tratar de expropiar la Pontificia Universidad Católica del Perú por el cardenal Cipriani, cómplice del Apra.

El Apra y la calumnia

En complicidad con las autoridades universitarias apristas y contrariamente a la FEUNCP, Raúl Zárate Suazo y Wilfredo Rojas, ambos dirigentes títeres del aprismo, acusaron a Fernando Romero de estar incitando al comunismo y anunciaron la separación de su Facultad de la FEUNCP (58).

El 25 de febrero de 1964, los estudiantes toman el local, pidiendo se ponga en marcha la reorganización de la UNCP para entregarlo al Comité Cívico Pro Reorganización en la presidencia del Dr. Horacio Gutiérrez Tordoya (79), pero el Centro Federado de la Facultad de Agronomía, propio a su estilo aprista, emitió un pronunciamiento de ser su deseo la reorganización de la FEUNCP y estar en contra del Comité Cívico Pro Reorganización de la UNCP, manifestando que: “Los autores de la invasión y gestores de la oposición del mencionado comité constituyen un grupo de agitadores conocidos, no contando con ella siquiera con la mayoría de los miembros de la FEUNCP y tiende a desprestigiar a nuestra Universidad, como son Saúl Muñoz Menacho, Julio Marín Paucar, Fernando Romero Villanes, José Suárez Terrazos, Inocencio Mamani, Andrés Sobrevilla, José María Arauco Aliaga, Carlos Berríos, etc., que a su vez responden a los designios venidos del extranjero con el oro de La Habana, Moscú y Pekín” (153).

Los ataques de “comunistas” o “comunismo internacional”, términos que se interpretan políticamente como “terrorismo”, han sido y siguen siendo la principal estrategia y calumnia del aprismo en su lucha contra las organizaciones progresistas, no eran una invención del estudiantado aprista, sino una directiva desde las esferas más altas del Apra, así podemos colegir de las declaraciones que hace a la prensa Ramiro Prialé Prialé en contra de la FEUNCP, el 17 de marzo de 1964: “En Huancayo se organizan actos que son parte de un programa de agitación y penetración comunista” (87).

Estas calumnias tuvieron como objetivo justificar la incapacidad de gobierno de la universidad y los actos de corrupción en su interior, cubriendo con un manto de calumnias a los adversarios políticos o a las organizaciones genuinas del pueblo. Este método no es nada nuevo en el Apra si consideramos que la incapacidad de gobernar el país los lleva a recurrir a los ataques de “chavistas”, “evistas”, “ONG comunistas”, “injerencia extranjera en la Amazonía (Bagua)”, etc., que son pruebas contemporáneas.

Otra vez la corrupción y el abuso del poder aprista

El Apra había desarrollado un mecanismo por el cual los ingresantes a la universidad debieran ser militantes o simpatizantes de su partido, pero ante la participación de la FEUNCP no les sería factible consolidar tal aspiración con la impunidad de antes. Prueba de ello es el acontecimiento del 16 de marzo de 1964 cuando se realizó el examen de admisión a la UNCP, donde ocurrió un hecho sin precedentes, los catedráticos quemaron las pruebas de ingreso con fines de boicotear el ingreso y la fiscalización realizada por la FEUNCP. Al respecto un diario local menciona: “Humberto Rosado (miembro de la FEUNCP) narra el hecho: después que nosotros pedimos a los estudiantes que abandonen las aulas, los miembros del jurado que se encontraban en las aulas recogieron en el estado en que estaban los exámenes y se los guardaron en sus cartapacios. El catedrático Manuel Zegarra encendió un fósforo a las pruebas de examen que le alcanzaba el médico Alejandro Aliaga” (59).

Ante la imposibilidad de anular el examen de ingreso, la estrategia aprista acordó sancionar a los alumnos por una supuesta toma de local y de rehenes, emitiendo el Consejo Universitario la siguiente sanción: “Expulsión de Máximo Durand González y Hugo Cáceres por haber agredido al catedrático Ing. Sebastián Sánchez López; suspender por el año académico de 1964 e inhabilitación por el presente año de rendir exámenes pendientes correspondientes al año académico de 1963, a los señores: Augusto Céspedes Huaccho, Rafael Paz de la Torre, César Anchiraico Hinostroza y Héctor Castro Cifuentes, por haber agredido físicamente a los empleados Pedro Yauri Arana y Alfonso Maldonado Laura; Luis Montes, Heraclio Mescua Bonifacio, Carlos Javier Montoya Delgadillo, por haber violado e incinerado los exámenes de admisión; Jesús Flores Prado, por su condición de dirigente y cabecilla. Inhabilitar para que rinda los exámenes correspondientes al año académico de 1963, al señor Lorenzo Madueño Tapia, por ser autor material de la ruptura de los cordones de teléfono de la Facultad de Educación. Inhabilitar permanentemente a formar parte del tercio estudiantil, de cualquier organismo o comisión que tenga que ver con el gobierno de la Universidad y sus Facultades y para integrar la plana del personal Docente y Administrativo de esta Universidad, a los señores anteriormente mencionados y a los siguientes: Julio Durand Fierro, Carlos Cevallos Vizurraga, Manuel Mondragón Orrego, Pablo Castro Hilario, Eduardo Mendoza Aramburú, Andrés Sobrevilla Vargas, Alfredo Grados Rivero y Humberto Rosado Flores. Firma: Gustavo Herrán Reinoso “ (262).


El Apra enemigo de la reorganización, otra vez en el poder

Es posible que la renuncia del rector Manuel Carranza no haya sido un caso tan sorpresivo, sino que vino dándose en el contexto de la crisis, tal es así que frente a su ausencia temporal del cargo ya tenían pensado quién lo reemplazaría, el CPC Nilo Arroba Niño, persona de confianza del partido aprista. Esto se infiere porque el 19 de marzo de 1964 antes de la renuncia oficial de Carranza, los estudiantes universitarios denuncian que Arroba cobraba tres sueldos, como rector interino, como decano y como profesor principal, sin tener condición para hacerlo por ninguna de estas funciones (65).

Frente a la inminente reorganización de la universidad que se venía venir, el 20 de marzo de 1964, el FUR emitió un comunicado de prensa en la cual sostiene que la FEUNCP se encuentra en manos de comunistas y que solamente apoyaría la reorganización, siempre en cuando se reorganice primero la FEUNCP (12). La Unión Sindical de Trabajadores de Junín (afiliada a la CTP y por consiguiente al Apra) cree conveniente hacer cuerpo contra la reorganización, manifestándose el 20 de abril de 1964: “El conocido grupo de agitadores comunistas encabezado por los bancarios Saúl Muñoz Menacho, Julio Marín, Fernando Romero y otros, con la complicidad del títere Máximo Bermúdez, persiste en tomar en nombre de esta gloriosa Central Departamental de Trabajadores, con el objeto de que el comunismo internacional se apropie de la Universidad Nacional del Centro… Una vez más reiteramos nuestra posición favorable a una reorganización integral de la Universidad, que debe hacerse con arreglo de la ley y sin la intervención de personas extrañas a su seno, menos de los corruptos comunistas, agentes gratuitos o a sueldo de una potencia extranjera. Firman: Elías Amable, Leopoldo Tapia y Porfirio Rojas” (278). Pese a estos ataques, la FEUNCP convocó para el 24 de marzo de 1964 a una asamblea y mitin en el salón de actos del Instituto Industrial Femenino donde se definió que la reorganización no tenga carácter interno Facultad por Facultad, sino sea de carácter integral (40).

El nombramiento del nuevo rector, Manuel Carranza, demostró ser el continuismo corrupto del gobierno rectoral anterior, los tráficos de influencia y las cuentas no saneadas se hicieron más evidentes: “Convocó a concurso de cátedras a la que aprobaron sólo 24 postulantes de 95. Este concurso resultó un fraude. Por el mes de junio del año siguiente, debido a que el rector no presentaba el Balance respectivo y la existencia de catedráticos que, ocupaban puestos que no merecían, sin siquiera tener títulos, la Facultad de Educación le da un voto de repudio”. “La Universidad Nacional del Centro del Perú cuenta con 18 millones de ingreso anual fijado en el Presupuesto General de la República. Tiene además varios millones de ingresos por otros conceptos… ¿Cómo se invierten estos ingresos? Sólo el rector y la argolla lo saben, pues no existe un Presupuesto, y hasta la fecha no se ha publicado el Balance General de la Universidad… Tácunan concluye pidiendo el nombramiento de una Comisión Reorganizadora” (430).

Ante el fortalecimiento de la FEUNCP y de las organizaciones populares que pugnaban la reorganización, los conflictos en el interior de su partido (Apra), las auditorías que concluían demostrando grandes actos de corrupción, la instalación de la Comisión Reorganizadora presidida por el Dr. Efraín Morote Best y la posibilidad de purgar cárcel por tales actos, el 7 de mayo de 1964, el rector Manuel Carranza Márquez presentó su carta de renuncia irrevocable a la universidad, la misma que fue aceptada de inmediato por el Consejo Universitario. Así Carranza abandonó Huancayo el mismo día y Nilo Arroba asumió el rectorado el día 8 de mayo de 1964 en calidad de encargado, un nombramiento no contemplado en la ley universitaria, para cumplimentar el período rectoral del renunciante.

Esta lucha por la reorganización integral se prolonga hasta los años siguientes debido a los múltiples sabotajes del Apra. Humberto Tafur Gálvez, en el mes de noviembre de 1968, mediante la Editorial del mensuario Pulso, hace un llamado nuevamente a los estudiantes universitarios progresistas para liberar a la UNCP del yugo aprista que mantenía en el cargo rectoral al contador Nilo Arroba Niño: “La Universidad desde su fundación ha pertenecido a un grupo de gente que tenía a su favor hasta títulos de propiedad eterna. Se trata de los apristas que han convertido en un feudo la Universidad local. Ahí se hace lo que dicen y lo que ordenan los apristas. Por eso, nuestra palabra; nuestra oposición a ese estado de cosas tan deprimente; nuestra campaña tenaz para encontrar la liberación de la UNCP. Esta jornada histórica solamente puede estar en manos de los estudiantes. Ellos en primera línea. Después, otras fuerzas extrauniversitarias” (97). Este mes fue de intensa jornada en la lucha por la reorganización y con tal motivo el 30 de noviembre se realizó un mitin en la Plaza Constitución; a este acto acudieron dirigentes estudiantiles nacionales, sindicalistas y dirigentes comunales (11,90). Contrariamente a las legítimas aspiraciones estudiantiles, los representantes de la FEUNCP de las Facultades de Educación y Zootecnia (ambos de militancia aprista) rechazaron la reorganización a pesar de que la masa estudiantil pensara lo contrario (13).

Rodolfo Vilca Abanto y la histórica carta de la FEUNCP

El día 24 de septiembre de 1964, disputaron la presidencia de la FEUNCP los candidatos Javier Ríos Burga del Frente Estudiantil Social Cristiano (FESC), siendo su principal ofrecimiento la construcción de la Ciudad Universitaria. En representación del FER, postuló por la Alianza Estudiantil Universitaria (AEU) Rodolfo Vilca Abanto, siendo su principal ofrecimiento la moralización y reorganización de la universidad. Finalmente, Ricardo Bohórquez Hernández en representación de la aprista Unión Estudiantil Universitaria (UEU), siendo su principal ofrecimiento la moralización de la FEUNCP, que estaba en manos de la izquierda desde hacía años.

Bohórquez fue derrotado ampliamente por la AEU y nuevamente el FER dirigió el movimiento estudiantil (1964-1965) en la persona de Rodolfo Vilca. De los comunicados obtenidos en reportes periodísticos, podemos concluir acerca de la personalidad de Ricardo Bohórquez, un personaje totalmente servil a la causa partidaria, servil a los intereses corruptos de las autoridades universitarias y de posición antiestudiantil. Sus ataques frecuentes, sus calumnias que la FEUNCP era mantenida económicamente por países comunistas y que recibían orientaciones de ellas, su derrota en las elecciones estudiantiles, etc., demuestran lo mencionado.

Los alumnos habían tomado las facultades exigiendo la moralización y reorganización integral de la universidad, promesa del FER en la campaña estudiantil, que estaba siendo boicoteada por las autoridades apristas. Acerca de este acontecimiento el rector Nilo Arroba declara el 3 de junio de 1965: “En vista del estado de huelga, en que se encuentran varias Facultades, el Consejo Universitario en sesión celebrada el día de hoy, tomó los siguientes acuerdos: Suspender por treinta días el funcionamiento académico de las Facultades de Educación, Ciencias Sociales, Ciencias Económicas y Comerciales e Ingeniería Mecánica y Eléctrica, que actualmente se encuentran en huelga. La suspensión sería levantada si dentro del mencionado plazo de treinta días en dichas Facultades antes indicadas se restablece la normalidad. El año académico indefectiblemente concluirá el 31 de diciembre, incluyendo exámenes promocionales. La medida adoptada por el Consejo Universitario está destinada a hacer respetar el principio de autoridad, frente a la pretensión de ciertos Centros Federados y de la Federación Universitaria, los cuales han planteado la solución de algunos reclamos acompañada de una situación de huelga. Se advierte a los estudiantes que, de adoptar medidas extremas como la toma de locales, de huelgas de hambre y cualquier otra actitud reñida con el ordenamiento jurídico, las autoridades universitarias exigirán a los Poderes del Estado que actúen de acuerdo a las normas que señala la ley, como punto de partida de la consecución de una auténtica reivindicación de la Universidad Peruana. Las autoridades de la Universidad Nacional del Centro del Perú se identifican plenamente con la intervención del señor senador del departamento de Lima, Don Miguel Dammert Muelle, en el Senado de la República, el día 30 de marzo del presente año, pues dicha intervención revela la crisis existente en el comportamiento de los estudiantes dentro de las universidades” (274).

Bohórquez, en representación de la UEU, manifestó al respecto, el 4 de junio de 1965, que debía responsabilizarse a la FEUNCP y a sus dirigentes del receso de las facultades mencionadas y de la crisis por la que atraviesa la universidad, por su incapacidad para resolver nuestros problemas, exigiendo además se levante inmediatamente la huelga decretada por los dirigentes estudiantiles. Finalmente a su intervención, no podía faltarle el cumplimiento de la directiva de sus partidarios superiores: “Culpar a los comunistas, enquistados en nuestros organismos de gobierno estudiantil del desorden producido la noche del miércoles” (265). A esta afrenta, el 5 de julio de 1965, la FEUNCP respondió: “La huelga será levantada, tan pronto se garantice la moralización de nuestra Casa de Estudios. Los estudiantes que han emprendido la titánica marcha de sacrificio, aún permanecen en Lima en condiciones desastrosas y esperan heroicamente la verificación del Consejo Inter Universitario, y en caso de no llevarse a cabo esta reunión, INICIARÁ LA HUELGA DE HAMBRE (en Lima). El receso que decretara el Consejo Universitario no prosperará, puesto que el Art. 2 de la Ley 13417 dice: sólo por Ley podrá el Estado crear o suprimir Universidades Nacionales” (128).

Las amenazas de receso e intervención de las FFPP a solicitud de las autoridades universitarias frente a los actos de protesta, eran una constante. Archivo personal.

En estas circunstancias, el Local Central de la universidad permaneció tomado por la FEUNCP, pero los apristas tenían un contingente dispuesto a recuperarlo y entregárselo a las autoridades, eran una maquinaria violenta que no paraba. El 5 de junio de 1965, a las dos de la madrugada, un grupo de alumnos de la UEU, los mismos que se encontraban en estado etílico, golpearon a los del FER y a los profesores, cuando salían de una reunión del Local Central (94). Al día siguiente, la FEUNCP denunció que fueron agredidos brutalmente los alumnos Noé Gallo Rea, Hugo Cáceres y Walter Cáceres. El presidente de la FEUNCP Rodolfo Vilca Abanto declaró también que fueron agredidos con intenciones homicidas los estudiantes Hilario Navarro, Julio Dávila, Fidel Conde, Roberto Párraga y muchos otros dirigentes (142).

Rodolfo Vilca, en representación de la FEUNCP, envió y publicó una Carta Abierta a Nilo Arroba Niño el 9 de junio de 1965, en la misma que hace un resumen de los acontecimientos desde la fundación de la universidad hasta sus problemas actuales: “Cuando se fundó la Universidad el año 1959, con el nombre de Universidad Comunal del Centro, los hijos del pueblo cifraban sus esperanzas de que sería una verdadera Casa del Saber, pero fatalmente, desde que abrió sus puertas se encaramaron en su dirección un grupo de personas interesadas con fines extrauniversitarios; para asegurar su ambición lucrativa, hicieron constar en su Acta de Fundación, cláusula Nº 8: “SE OTORGA EL CARÁCTER DE FUNDADORES PROPIETARIOS A LOS FUNDADORES PRINCIPALES QUE SE INDICAN EN EL ARTICULO 4º (PROFESOR RAMIRO PRIALÉ, DR. JAVIER PULGAR VIDAL, DR. JESÚS VÉLIZ LIZÁRRAGA E ING. CÉSAR SOLÍS), Acta de Fundación tan tristemente célebre como el de nuestra Universidad no se ha visto en la historia de la educación. Todas las esperanzas que pusieron en ella quienes colaboraron activamente para su fundación: las comunidades, los sindicatos, asociaciones, instituciones culturales y el pueblo en general, para que sus hijos tengan una profesión y así sacaran a nuestro pueblo del hambre, la miseria y la explotación, se fueron esfumando día a día; es así como nace el movimiento de NACIONALIZACIÓN DE LA UNIVERSIDAD, movimiento que nace del clamor estudiantil como producto del caos académico, administrativo y económico de la Universidad, movimiento destinado a sacar una “argolla” que se había refugiado en la Universidad, como en una isla de mares tempestuosos donde no puede entrar nadie que no comulgue con su grupo. En esta lucha, tuvieron los entonces directivos de la Universidad a los incondicionales de siempre, a elementos que desprovistos del arma fundamental que es la moral, cayeron a la postre, derrotados, porque nuestras aspiraciones estaban dentro del marco de la justicia, porque nuestra lucha era una lucha justa. Este grupo que se identifica con ellos por su claudicante credo político de entreguismo y capitulación era el que decía que “NACIONALIZAR LA UNIVERSIDAD ES COMO NACIONALIZAR LA LLAMA”, frase demagógica de cliché que pregonaron a voz en cuello. Con todas estas barreras de orden político que nos eran desfavorables SE NACIONALIZÓ LA UNIVERSIDAD y quienes en un comienzo se oponían  abiertamente a la nacionalización, quisieron después embanderarse con ella. Pero los “fundadores” de nuestra Universidad no se quedaron contentos de verla nacionalizada, sino que pusieron en marcha un plan bien trazado y planificado, demostrándonos que son verdaderos estrategas del fraude y del engaño; colocaron en la dirección de la Universidad a profesionales incompetentes, inmorales y que, según el informe de la Comisión Revisora de Títulos Grados e Incompatibilidades, usurpan cargos, se han asignados sueldos fabulosos e indebidos, violando flagrantemente la Ley Universitaria 13417. Analizados todos estos acontecimientos y hechos sucedidos en nuestra Universidad que demuestran un abierto engaño al pueblo y a sus hijos, por quienes hasta ahora siguen gobernándola, el anteaño pasado planteamos y pedimos la intervención del Consejo Inter Universitario para que se reorganice la Universidad desde sus cimientos porque nuestra Universidad descansa sobre bases falsas; hay que reconstruirla, hay que reorganizarla desde sus raíces. Pero, poniendo en práctica la experiencia y la maniobra, burlaron con artificios legaloides el planteamiento de la Comisión Reorganizadora de la UNCP, presidida por el Dr. Efraín Morote Best, Rector de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga. La primera declaración de esta comisión, hacía constar que renunciaría si veía interferida su labor de reorganizar la Universidad y eso fue lo que precisamente hicieron: obstruyeron la labor de la Comisión Reorganizadora y el Dr. Efraín Morote Best después de explicar mediante una carta que ya hemos publicado, las causas fundamentales por las cuales no podía seguir presidiendo dicha comisión renunció por la labor obstruccionista del Consejo Universitario. Los estudiantes creemos que es esta Comisión la única autoridad capaz de reorganizar de una vez por todas, nuestra Universidad, con el apoyo decidido de todos los estudiantes y del pueblo en general. Por todo lo que exponemos en esta carta que será histórica en la lucha estudiantil, así como históricos en la página de la Universidad Peruana y de la Cultura Universal, la actitud que en respuesta a esta toma Ud. y los miembros del Consejo Universitario, amparados por los principios, medios y fines que se hallan señalados en la Ley 13417. Porque nosotros también adquirimos experiencia en la lucha y porque fuimos burlados por viles maniobras y creímos en las promesas que hicieron Uds. cuando hicieron fracasar a la Comisión de Reorganización, por la que tanto luchamos para que se constituya y lucharemos hasta las últimas consecuencias para llevar adelante lo que ya hemos iniciado. No se puede concebir que un grupo de personas, por muchos apetitos que tengan, por muchos intereses políticos que defiendan, se queden pese al repudio de una inmensa mayoría del estudiantado y el pueblo. Atentamente: LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES DE LA UNCP” (267).


Ante esta denuncia de la FEUNCP, una vez más y fiel a su estilo, Ricardo Bohórquez líder de la UEU, el 9 de junio de 1965 declaraba lo de costumbre, sin agregar otro elemento de juicio objetivo: “Los culpables de la crisis de la Universidad Nacional del Centro, son los extremistas y comunistas del FER. Ellos cumplen consignas exteriores” (82).

Las autoridades cumplieron su amenaza y en la UNCP fueron recesadas las actividades académicas mas no las económicas. Los docentes y autoridades seguían cobrando sus respectivos sueldos. Esta denuncia fue hecha por la Facultad de Arquitectura el 5 de septiembre de 1965, en la misma que hace constar la inercia de las autoridades para levantar el receso que llevaba más de dos meses (280).

Estas contradicciones conllevaron a que la lucha estudiantil nacional fuera más articulada y exista el espíritu solidario, como ya lo habíamos mencionado, frente a la represión estudiantil por parte del gobierno. La violación de la autonomía universitaria quedó manifiesta una vez más con la captura del presidente de la FUSM, el estudiante de Derecho Licurgo Pinto, el 20 de agosto de 1965. El mencionado dirigente estudiantil fue capturado y sacado a viva fuerza del campus de la UNMSM conjuntamente con los estudiantes Víctor Cáceres y Aurelio Saavedra (137), pese a la protección del rector Dr. San Martín Frayssinet.

Nuevamente el FER: Jaime Cerrón Palomino y Javier Véliz Ramos

La suerte del aprismo no era favorable en la aceptación del estudiantado. En los comicios estudiantiles del 29 de noviembre de 1965, nuevamente fue derrotada la UEU por la AEU liderada por Jaime Cerrón Palomino en representación del FER. A esto le siguió el triunfo de Javier Véliz Ramos, quien ganó las elecciones para la presidencia de la FEUNCP el 28 de mayo de 1966 (73). La continuidad del FER en sucesivos gobiernos estudiantiles garantizó la nacionalización, moralización y reorganización de la universidad. De haber permitido el triunfo del Apra, las expectativas del estudiantado y del pueblo en general hubieran quedado truncas.

Sin embargo, las autoridades universitarias encabezadas por el rector y recibiendo directivas superiores del Apra, aplicaban la estrategia de desconocer a los dirigentes estudiantiles. Las presidencias de la FEUNCP de Jaime Cerrón y Javier Véliz y los Secretariados Generales de las Facultades, fueron desconocidos por el Consejo Universitario, pese a haberse ganado la contienda limpiamente. Así podemos inferir de las denuncias hechas por Cerrón y Véliz, el mes de noviembre de 1965 y el 25  de agosto de 1966, respectivamente (181). Una denuncia más evidente de este aspecto se puede tomar de las declaraciones de Javier Véliz Ramos, el 3 de septiembre de 1966: “Obligáronme rechazar el temperamento dictatorial del Contador Nilo Arroba Niño, quien so pretexto de su afiliación e influencia política pretendía condicionar la aceptación del Tercio Estudiantil en el cogobierno siempre y cuando cumpliéramos obsecuentemente las directivas partidarias” (261).

En la práctica ninguna de estas maniobras resultaron y por el contrario las contradicciones se agudizaron más y en el mismo mes de septiembre de 1966, Javier Véliz Ramos, entonces presidente de la FEUNCP, era expulsado de la universidad por las autoridades encabezadas por Arroba, motivo por el que la FEP anunció un mitin en Huancayo y decretó un paro de 48 horas exigiendo la reposición de su presidente. Para aquella época la Facultad de Zootecnia había sido tomada por el aprismo y se mantuvo así durante muchos años. En estas circunstancias surgen tres personajes nuevos Abdón Vílchez Melo, Cipriano Alarcón Ángeles y Rodolfo Zárate Suazo. El primero de ellos sería luego sindicado por los medios periodísticos como el creador de un comando paramilitar aprista denominado Rodrigo Franco, responsable de asesinatos a estudiantes, profesores y sindicalistas opuestos a su línea política. Es así como, el 8 de septiembre de 1966 los mencionados dirigentes zootecnistas emiten un comunicado rechazando el paro decretado por el Centro Federado de Educación (138).

La intervención del Departamento de Estado de los EE UU

Mientras el Apra acusaba a los estudiantes izquierdistas de ser financiados y viajar a países como Cuba y la URSS para su adoctrinamiento, el Departamento de Estado de los EEUU, preparaba políticamente a militantes apristas de la UNCP. Esto se puede colegir del testimonio personal de Ricardo Bohórquez, uno de los beneficiados con estas becas: Recién en 1967, después de un visible fracaso de la dirigencia comunista en la conducción de la Federación de Estudiantes durante 7 años, la FEUNCP, tuvo un presidente auténticamente demócrata: el Autor de este libro: Ricardo Bohórquez Hernández. Debo confesar que fui preparado políticamente por mi Partido para desempeñar esa función. Fui enviado a la escuela Interamericana de Educación Democrática –EIDED, de San José de Costa Rica, a estudiar ciencias políticas, en 1965” (391).

Del mismo modo, el 31 de enero de 1966, durante el gobierno del trigésimo sexto presidente Lyndon Baines Johnson (1963-1969), el Departamento de Estado de los EEUU iniciaba un trabajo en las universidades del país. Captaba dirigentes de partidos que ellos consideraban demócratas (apristas y demócratas cristianos) e invitaba a un intercambio “cultural”. “Aquel tiempo todo el mundo era Fidel Castro y era necesario contrarrestar esa ofensiva en América Latina. Como parte de este plan Kennedy había implementado en América la Alianza Para el Progreso, la Reforma Agraria, los Cuerpos de Paz, el asistencialismo (avena, leche en polvo, aceite de soya, etc.), y a su muerte, Johnson decidió hilar más fino” (364). Para Carlos Malpica, en su obra cumbre Los Dueños del Perú, las captaciones y sobornos a los principales líderes de los partidos políticos se materializaban mediante: “los viajes al exterior para asistir a congresos internacionales o para perfeccionarse en el Instituto Norteamericano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre u observar el movimiento sindical de los países más desarrollados; los sueldos como profesores y conferencistas, etc.”  (404).

Entre los estudiantes y dirigentes de la UNCP que fueron invitados, figuraron Alejandro Aliaga Gago, Ricardo Bohórquez Hernández, Guillermo de la Matta Guevara, Hugo Efraín Galarza Roca, Juan Isaac Gálvez Ríos, Oscar Rómulo Pardo Rodríguez, Jorge Fernando Salinas La Torre y Roberto Valderrama Mendoza (22,144). De los propuestos, el único que no llegó a viajar fue Juan Gálvez Ríos, por haber tenido un hermano guerrillero del MIR, detectado por el Departamento de Estado de los EEUU (364). “Era evidente que este plan lo manejara la Central Intelligence Agency (CIA) y como becarios tendríamos que captar gente para que hable bien de los EEUU. El viaje fue con todos los gastos pagados y en el hotel les dejaban cada noche un cheque por cobrar. Aunque no te doy nombres, pero estoy seguro que, de todos los que fueron, siquiera tres han estado y están aún al servicio de los yanquis” (364).

A mediados del año 1967, se encontraban nuevamente los estudiantes en campaña para lograr la presidencia estudiantil de la FEUNCP. El 30 de mayo de 1967, Ricardo Bohórquez, entonces candidato a la presidencia de FEUNCP, dirige un mitin en el cual entabla una propuesta demagógica de “Estudiar y producir” (199), continúa el ataque el 31 de mayo de 1967, y declara a la prensa que la AEU: “No hizo ni siquiera una tentativa de reunión estatuaria, en los seis años que había gobernado” (83).

Estos “becarios” no eran perdidos de vista por la embajada norteamericana. El 19 de diciembre de 1966 fue enviada a todos ellos una carta del asistente del Programa Comisión Fulbright de Intercambio Educativo, Kristin Peterson, en los términos siguientes: “También nos gustaría incrementar en todo lo posible la participación de los antiguos becarios en los programas de orientación que la Embajada ofrece todos los años a peruanos y norteamericanos. Sin embargo, antes de realizar estos y otros planes consideramos de la mayor importancia la coordinación de un sistema de catalogación de los ex becarios de los programas del Departamento de Estado de los Estados Unidos y de la Comisión Fulbrigh. Para poder realizarla es necesario actualizar los correspondientes datos biográficos y para ello dependemos de su cooperación. Me he permitido adjuntarle un formulario indicando la información que nos gustaría de usted. Mucho le agradeceremos que usted lo complete a fin de familiarizarnos más específicamente con la naturaleza de su profesión e intereses. Desearíamos además, muy vivamente, que nos mantuviera informados de sus actividades profesionales por medio de comunicaciones futuras. Apreciaríamos asimismo recibir las sugerencias que usted considere pueden servirnos de ayuda en nuestros esfuerzos” (368). Ya estaban comprometidos y advertidos, pues estas son pruebas irrefutables del financiamiento norteamericano a los partidos que ellos consideraban demócratas y paradójicamente acusaban al adversario político de ser financiados por la ex URSS en la mentalidad que por lo que ellos son así, todos somos como ellos.

La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), en su trabajo investigativo acerca de la UNCP, solicitó informes desclasificados de la CIA con respecto a las matanzas en la UNCP. Quiere decir ésto, que mantienen agentes dentro de la universidad. Estos informes han llegado a tener, en ocasiones, más peso que las resoluciones de cualquier organismo supranacional.
  
La FEUNCP en manos del Apra

La ausencia de los principales líderes del FER, al haber concluido sus estudios, hizo que el aprismo organizara mejor su campaña política y le permitiera ganar las elecciones estudiantiles en 1967, llevando a la Presidencia a Ricardo Bohórquez Hernández, estudiante de Educación y posteriormente en 1968 a Edgar Dolorier Armas, este último triunfo muy cuestionado y no reconocido por la AEU. Fue una experiencia dolorosa para las organizaciones izquierdistas, la cual se ha repetido y no en pocas ocasiones, el no haber forjado cuadros que garanticen su relevo.

La gestión de la FEUNCP aprista no podía ser contestataria ni revolucionaria al tener a sus jefes partidarios en el gobierno de la universidad. Sus reclamos se limitaban a menesteres domésticos como el que a continuación mencionamos. El 30 de septiembre de 1967, el entonces Presidente de la FEUNCP reclamaba mediante un comunicado que el cubierto que pagan los estudiantes no podía ser de 12.50 soles, sino debía mantenerse al costo anterior de 5 soles (159). Esta postura en alguna medida puede entenderse porque las masas estudiantiles presionaran a Bohórquez a manifestarse contra el gobierno del rector Arroba, miembro de su partido político.

Ricardo Bohórquez apoyó decididamente la gestión corrupta del entonces encargado y posterior rector Nilo Arroba Niño. Esto se desprende de múltiples comunicados y cartas de adhesión que presentó a nombre de la UEU y la FEUNCP en aquel período. Sin embargo, las luchas del FER no habían cesado, la universidad era un centro de debate y lucha política intensa, lo cual le permitió conquistar algunas facultades que anteriormente eran un bastión aprista. El 5 de septiembre de 1967 el Centro Federado de la Facultad de Agronomía ya estaba bajo la conducción de estudiantes progresistas y en sus manifiestos lanzaron duras críticas al Consejo Universitario por haber expulsado a sus compañeros y reclamaron la intervención de la FEUNCP, que permanecía neutral ante tal actitud condenable. Firman el comunicado: Pedro Porta H y Félix Lázaro C (169).

Posteriormente, ya fuera de los claustros en 1986, Bohórquez fue elegido alcalde de Huancayo tras disputar el sillón municipal con Juan Tutuy Aspauza, entonces alcalde (en reemplazo del asesinado Saúl Muñoz Menacho) y postulante a la reelección. La Izquierda Unida había dado certeros golpes a favor de las clases más necesitadas, como la invasión al Fundo Salas, actual asentamiento humano Justicia, Paz y Vida, entre otros, una experiencia que la oligarquía de Huancayo no quería repetir. Para impedir el continuismo de la izquierda que era “inevitable” hasta entonces, era imprescindible hacerlo todo para que el Apra entrara al poder. Bohórquez tenía en su lista de concejales a la profesora y cantante Angélica Jesús Quintana Salvador, quien fuera asesinada en plena campaña y este fenómeno habría garantizado el triunfo aprista.

“Angélica Quintana era una dirigente iniciada a última hora. Era folcklorista y a veces cantaba rancheras, lo que le valió el apelativo de La Chaparrita. Fue una de las primeras mujeres que se inició en los micrófonos en Radio Andina. Su error podría haber sido hablar sobre aspectos políticos en la emisora. Era sectaria y aprovechó el micro para lanzar críticas contra SL y MRTA. Fue asesinada y el féretro paseado procesionalmente por toda la ciudad con un letrero que culpaba a Sendero de la muerte. Aquella vez no había un deslinde claro entre la Izquierda y la subversión, era fácil confundir. Para mí, traficaron con su cadáver” (364). 

Alberto Buendía, reportero del diario Correo, concluye en un informe policial lo siguiente: “Otros, me dijeron que fueron gente de su entorno. ¿Los mismos apristas? ¡Imposible! Otro policía que había trabajado con Ketín Vidal y que fue destacado a Huancayo me dijo: Tato ahora con la muerte de esta profesora que es candidata del Apra, su partido puede ganar las elecciones porque todos están apuntando de su muerte a la izquierda y Tutuy solo va a encontrar su voto. Yo me quedé perplejo y no le hice caso. El día lunes 10 me enteré que había ganado el Apra. Pero nunca se llegó a descubrir a los asesinos” (354).

Podría concluirse que Bohórquez ¿ganó las elecciones estudiantiles gracias a la implementación aprista de la Escuela de Bellas Artes y la alcaldía por el asesinato de Angélica Quintana, a quien el Apra nunca hizo nada por rendirle un homenaje? Efectivamente, estamos hablando de un “líder” forzado. Para el Dr. Torpoco hay que reconocer algo en Bohórquez, alguien muy disciplinado con su partido, lo cual le costó el haber sido muy bien utilizado. Si faltaba un alcalde, un director regional de educación, un prefecto, un candidato y hasta último un gobernador, ahí estaba él.

Dos FEUNCP, dos presidentes

El día 31 de mayo de 1968 el Apra volvió a ganar las elecciones estudiantiles para el período 1968-1969, las mismas que fueron disputadas entre Edgard Dolorier Armas y Guillermo Ñahui Palomino. Refrenda lo mencionado, un artículo de la prensa local del 30 de mayo de 1968, donde precisa que por el Apra postulan Edgard Dolorier Armas, Manuel Villavicencio y Jorge Vergara Linares, habiendo logrado una coalición UEU (Unión Estudiantil Universitaria) – FRA (Frente Revolucionario Agrario) – FREI (Frente Renovador Estudiantil Independiente) para derrotar a la AEU. Entre los seguidores a la coalición aprista podemos identificar a Pedro Valderrama, Apolinario Mayta Inga, Oscar Ninamango Solís, Sapaico Salcedo, Macha Gutarra, Román Raymundo, Ricse Suasnabar, Morales Ríos, Abelardo Anchiraico, Ovidio Ascencio Castro, Miguel Ortiz Saybay, Abel Socualaya Leiva, Eduardo Santana, Melitón Vílchez, Enrique Bardón Claudio, etc. (256).

Guillermo Ñahui Palomino, del FER, no reconoció la legalidad ni legitimidad de las elecciones, denunciando un gigantesco fraude. Sin embargo, el Comité Electoral a través de un comunicado de prensa informó el 2 de junio de 1968: “Los resultados fueron los siguientes: Edgar Dolorier Armas 948 votos, Guillermo Ñahui Palomino 928 votos y Raúl Porras Aguirre con 134 votos” (156). Frente al insistente rumor de fraude en la universidad sobre las elecciones estudiantiles, el Comité Electoral emitió un Comunicado el 4 de junio de 1968, defendiendo el triunfo de Dolorier, admitiendo una serie de anomalías en el proceso, pero justificando el triunfo aprista: “Se anularon las ánforas Nº 9 y 14 de la Facultad de Educación Primaria y la de Ingeniería Química Industrial respectivamente, por no haberse encontrado dentro de ellas, las cédulas respectivas. En caso de que el cómputo hubiese sido normal según las actas remitidas por los presidentes de mesa, el FER tenía a su favor 17 votos en las dos ánforas anuladas, lo que restando al número de votos obtenidos por la UEU, en el total de ánforas, siempre quedaba un margen de TRES votos a favor del candidato de UEU. Por consiguiente, el candidato ganador  de UEU es el ganador de las elecciones” (175).

La respuesta del FER no se hizo esperar, el 3 de junio, Guillermo Ñahui, en un mitin realizado en la  Plaza Constitución, juramentó como el nuevo presidente de la FEUNCP (23). De estos actos se comprende que en aquel período (1968-1969), en la UNCP existían dos federaciones estudiantiles paralelas, una presidida por el Apra y otra por el FER (225, 54). Puesto que la FEUNCP dirigida por Dolorier estaba parcializada a favor de la corrupción de Arroba, la presencia de Ñahui fue legitimando con el tiempo, es así como el 24 de octubre de 1968 la misma prensa lo reconoció como tal: “El Presidente de la FEUNCP Guillermo Ñahui Palomino informó que dicha entidad acordó replantear el pedido de reorganización, tal como se había pedido desde el año 1965 y el 1 de diciembre se convocó a un mitin en la Plaza Constitución, cuyo principal objetivo es continuar la lucha por la Reorganización de la UNCP. El mitin contó con la presencia de quince oradores representantes de diferentes instituciones estudiantiles, gremiales campesinas y profesionales, los mismos que condenaron acremente a las autoridades de la Universidad, especialmente al rector Nilo Arroba, al partido aprista y al ex senador Ramiro Prialé, quien dio todo su apoyo al hoy enjuiciado rector” (7,100).

El golpe de Velasco y la dolencia de los apristas

El general Juan Velasco Alvarado, lideró la Junta Militar que derrocó al presidente Fernando Bealúnde Terry el 3 de octubre de 1968 y expropió las compañías petroleras norteamericanas que operaban en el país. La posición antioligárquica de Velasco, la pérdida del manejo congresal y la posibilidad de perder el control de las universidades, significó, sin lugar a dudas, una derrota política fatal para el aprismo antes que para el propio Belaúnde, por lo que desataron una ola de protestas a nivel nacional. Esta hipótesis se respalda porque el Apra detentaba el poder en cinco universidades importantes del país, en Trujillo (Universidad Nacional de La Libertad de Trujillo), en Lima (Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Nacional Federico Villarreal), en Huacho (Universidad Nacional Faustino Sánchez Carrión), en Cerro de Pasco (Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión) y en Huancayo (UNCP), además de cogobernar en las universidades católicas de Arequipa, Ayacucho y Huancayo. Otro golpe duro que recibió el aprismo fue la expulsión del Dr. Luis Alberto Sánchez del rectorado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a los meses de producido el golpe, en la que se mantuvo gracias a una ley fraudulenta que en complicidad parlamentaria con el odriísmo lo había obtenido a pesar de ser senador de la República (369).

Producto de aquella desesperación, el 9 de octubre de 1968 se produce en Huancayo una serie de actos de protesta contra el golpe de Estado por un grupo de militantes apristas de la UNCP, además de haberse identificado a estudiantes de la Universidad Nacional Federico Villarreal (60). Edgard Dolorier, uno de los dos presidentes de la FEUNCP, fue detenido y llevado a la Cárcel Pública de Junín: “Por haber realizado desórdenes y daños a la propiedad privada a los pocos días del golpe militar y la nacionalización de los complejos petroleros La Brea, Pariñas y Talara, política en la cual su partido no estaba de acuerdo… Los estudiantes apristas detenidos fueron Rolando Lozano Gago, Modesto Pérez Carhuamaca, Manuel Grandez, Andrés Vílchez Melo, Juan Marco Antonio Panéz, entre otros, acusados de daños contra la tranquilidad pública y ofensa al pabellón nacional al haberlo arriado a media asta” (41,88).

Aprovechando la coyuntura nacional, el 13 de noviembre de 1968, los estudiantes izquierdistas realizaron una huelga y toma de local exigiendo llevar a la práctica la reorganización integral de la UNCP (55). Este acto fue respondido por la militancia aprista quienes organizaron un mitin e intentaron desalojar a los estudiantes que habían tomado el local de la universidad. Esta gresca devino, lamentablemente, en un enfrentamiento estudiantil cuyo saldo fue un muerto. En este incidente repudiable fue asesinado el profesor César Castellares Dolorier al ser sorprendido por un disparo de bala en el abdomen, pese a los esfuerzos de los médicos en la Clínica Hans Rurh no se salvó. Castellares, de 29 años de edad, quien prestaba servicios en Concepción acudió al lugar de la manifestación a recoger a su esposa Matilde Fernández Urdánegui, alumna del primer año de Ciencias Económicas, quien tomaba parte activa en el mitin relámpago (198,83). Este crimen fue consecuencia de un enfrentamiento producido entre un grupo de alumnos apristas que, aprovechando del mitin, intentaron desalojar a los alumnos que habían tomado cuatro facultades. Castellares Dolorier era el sobrino del presidente de la FEUNCP Edgar Dolorier y en su entierro el 15 de noviembre fue declarado “Mártir de la lucha aprista”. Sobre los resultados de la investigación no se supo nada oficial, el disparo pudo haber venido de los grupos opositores al Apra como de los mismos apristas. Los dirigentes de estos últimos, se habían caracterizado por andar armados. A raíz de estos acontecimientos y de la crisis universitaria desatada, el alcalde de la ciudad en aquel entonces, médico Félix Ortega Arce, prometió que el municipio organizaría un forum que discuta la actual situación de la UNCP, la misma que debiera llegar a plasmar una verdadera reforma universitaria (105).

El 20 de noviembre de 1968, Ángel Mendoza Poves era delegado al Consejo Universitario en representación del aprismo, dicho por un comunicado del Centro Federado de la Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales. En el mismo comunicado tildan de terroristas a los estudiantes progresistas (FER) y los culpan de la muerte de Castellares ocurrida en la calle Ayacucho (150). Mendoza, al igual que Bohórquez, recibía directivas de sus niveles partidarios que estaban en el poder de la universidad, a ello se deben los comunicados del mismo estilo político. 

Alejandro Espejo Camayo

El día 15 de noviembre de 1968 el Consejo Universitario expulsó a 42 estudiantes de la UNCP y el rector Nilo Arroba Niño autorizó el ingreso de las fuerzas policiales (FFPP) al campus universitario, contraviniendo la Ley de Autonomía Universitaria (103). La crisis continuó agudizándose y el 17 de noviembre, tras una retoma de local, los estudiantes obligaron al Consejo Universitario a reponer a los alumnos expulsados (79), destacando la personalidad de Alejandro Espejo Camayo como luchador estudiantil.

A raíz de las calumnias, el 11 de diciembre de 1968, fueron detenidos los estudiantes Cipriano Alarcón, Juan Solano, César Castillo y Federico Ambrosio, cuando abandonaban el local tomado en la Facultad de Ciencias Sociales, acusados del asesinato de Castellares (208). Luego fueron liberados al no haber pruebas de la acusación.

En medio del flagor de la crisis, el 3 de diciembre de 1968, los alumnos apristas tomaron la Facultad de Ciencias Económicas y un grupo de siete alumnos de la Facultad de Educación se aproximaron a dicho establecimiento, siendo tomado este acto por los apristas como una seria amenaza, por lo que les propinaron una golpiza. La actitud matonesca fue encabezada por el renunciante secretario general de la UNCP, abogado Gustavo Sánz Túpac Yupanqui y medio centenar de alumnos apristas. En el mismo acontecimiento se relata algo anecdótico: “Al estudiante Alejandro Espejo se le detuvo frente a la acusación de portar una pistola. Sin embargo, la Guardia Civil comprobó que se trataba de una pistola de fogueo y en vista de esto fue puesto en libertad” (101).

Alejandro Espejo era un ferviente luchador y gran orador, sus luchas lo comprometieron con la moralización de la Facultad, así el mes de noviembre de 1969, cuando lideraba la Asamblea Estudiantil, se produjo la renuncia del Dr. Juan Ortiz Saybay a la dirección del Programa Académico de Educación y a su cátedra ganada en concurso nacional. En su carta señala que lo hacía en virtud de no crear conflictos en la universidad frente a la protesta de los alumnos quienes lo habían denunciado por realizar cobros indebidos, su personalidad prepotente y acusaciones de chantaje a las alumnas. Espejo también sufrió las agresiones de Arroba, quien financiaba una FEUNCP paralela. Así consta en su denuncia, a nombre de la promoción de educación Pablo Neruda, cuando emitió un comunicado el mes de octubre de 1973 denunciando que existía una seudofederación estudiantil y paralela, montada al servicio del interés personal y político del ex encargado de la rectoría, el Sr. Nilo Arroba (124,218,219,220,227). Al terminar los estudios de su carrera en la especialidad de Español y Literatura,  Alejandro Espejo era uno de los pocos individuos con capacidad intelectual y de síntesis envidiable hasta el último de sus días. En alguna ocasión dictó clases en la Facultad de Educación de la cual fue expulsado por no tener título universitario, cuya razón de no haberlo obtenido sólo él podría habernos explicado, posteriormente lo vimos trabajando como Relacionista Público de la UNCP, porque además de los estudios pedagógicos, era periodista.

Comisión auditora contra la corrupción rectoral y el concurso de cátedras

El día 10 de diciembre de 1968 llegó una Comisión Auditora, la cual un grupo de estudiantes apristas le impidieron su ingreso a la universidad. “Dado este atropello la comisión de auditoría que había arribado de Lima sostiene una reunión en la Prefectura con el vicerrector Joaquín Chivílchez, quien les ofreció garantías para llevar a cabo tal auditoría” reporta un diario local (10). Producto de esta investigación se procede a una denuncia contra el rector y el 14 de diciembre se dicta su detención provisional, siendo encarcelado.

Frente a la reclusión de Arroba, el Apra realiza el 27 de diciembre de 1968, un mitin con fines de desagraviar al rector. Aquella ocasión, como en muchas otras y tratando de “recordarles” al pueblo de Huancayo que la creación de la universidad había sido posible solamente por obra de ellos, los oradores manifestaron: “Los fundadores de la Universidad de esta Casa de Estudios fueron Ramiro Prialé y los doctores Javier Pulgar Vidal y Jesús Véliz Lizárraga” (93,55).

Esta comisión logró detectar aparte de la corrupción rectoral, la corrupción en los concursos de cátedras. Como era sabido, el Apra no solamente controlaba el ingreso del estudiantado a la universidad, sino también del personal docente y administrativo. Para el año académico de 1970 la universidad había convocado a un concurso de cátedras, el mismo que fue duramente cuestionado por los distintos estamentos, al haberse comprobado actos fraudulentos a favor de los “compañeros”. Este acto de corrupción motivó a la realización de una Asamblea Estudiantil de carácter extraordinario el 30 de abril del mismo año, en la que se acuerda después de un amplio debate, expulsar a los catedráticos Ramiro Matos Mendieta, Carlos Escobar Barrientos y al Reverendo Padre Bernardo Rea Ravello, por haberlos encontrado responsables del fraude en el concurso de cátedras y los exámenes de admisión (222). La sanción impuesta por el estudiantado conllevó a que los expulsados apelaran y se conformara una comisión investigadora con la presidencia del ingeniero Joaquín Chivílchez. Sin embargo, para desdicha de ellos, después de las investigaciones respectivas, la Comisión Chivílchez confirmaba el fraude el 19 de mayo de 1970 (224).

Una evidencia del fraude puede deducirse de una carta inédita del 26 de julio de 1970, del profesor Jaime Cerrón no llegada a enviar a su hermano Rodolfo, acerca del concurso de cátedras: “Me tienes por ahora enseñando por las noches en la Gran Unidad Escolar Santa Isabel (GUESI); de día tengo unas cuatro horas en la Universidad del Centro y unas nueve horas en La Cantuta (Muquiyauyo). Las cátedras son diferentes, de allí que el tiempo que me queda es mínimo, tanto más que en la diurna de la GUESI tengo unas seis horas de Educación Cívica y en José Gálvez otras dos, quiero decir que en marzo me vi urgido por regresar a la secundaria a como diera lugar en vista de la poca o ninguna suerte para el concurso que como tú sabes estuvo muy enrevesado en grado más denigrante que en septiembre del año pasado. Mas, esto no será motivo de retracción en las pretensiones que continúo manteniendo; muy al contrario, renovados mis esfuerzos siempre iré apuntalando en cualquier oportunidad que se presente” (305).

Fraccionamiento de la FEP en Cuzco

Lo había sentenciado la dialéctica: la unidad es relativa y la lucha de contrarios absoluta, también es dialéctico la concatenación de la materia; lo que ocurría en el mundo (la discrepancia entre Moscú y Pekín) repercutía en el país, en la región más lejana y en nuestras universidades.

Un enfrentamiento ideológico entre estudiantes, seguidores de las doctrinas “moscovita” y “pekinés”, había fraccionado la unidad estudiantil nacional representada en la FEP, una historia frecuente en la izquierda peruana que Jaime Cerrón Palomino, delegado estudiantil de la UNCP al mencionado congreso estudiantil, la definió como lamentable. Fue un triunfo de la derecha del que la izquierda aún no ha aprendido la lección final.

Carlos Cerrón Medina

Estos y otros pasivos del aprismo condicionó para que el 14 de diciembre de 1971, juramentara Carlos Cerrón Medina como presidente de la FEUNCP, en representación del FER. Lo acompañaban en el gobierno estudiantil: Víctor Suasnabar, Víctor Cerrón Villaverde, Juan Camborda, Julio Meneses, Lucas Bellido, Filemón Torres y Edilberto Hilario.

Ubaldo Mauricio Barzola

El día 24 de enero de 1973 se produce un nuevo enfrentamiento entre estudiantes de la universidad con motivo de realizarse las elecciones estudiantiles para la presidencia de la federación, la misma que trajo como consecuencia siete estudiantes heridos y un empleado. Sin embargo, los resultados dieron ganador al FER en la persona de Ubaldo Mauricio Barzola, derrotando a la Vanguardia Estudiantil Revolucionaria (VER) (230).

Filemón Torres Vásquez

El día 17 de enero de 1975, nuevamente gana el FER la presidencia de la FEUNCP, lista encabezada por Filemón Torres Vásquez, quien derrota a la VER. En esta etapa la izquierda sufría una crisis ideológica interna a raíz de las contradicciones entre moscovitas y pekineses, llevando el dogmatismo pekinés al Presidente de la FEUNCP a rechazar la cooperación cubana y faltar el respeto al presidente de la Comisión de Gobierno de la UNCP, Adriel Osorio Zamalloa. Esto mereció la expulsión del presidente Torres Vásquez de la UNCP, al igual que a su secretario de Relaciones Exteriores Ubaldo Mauricio Barzola (232).

Juan Tutuy Aspauza

Tutuy era un militante valiente. Lo conocí cuando vendía su periódico Unidad en los microbuses, pero antes de ello daba su discurso de orden”, refiere el Dr. Torpoco (363). El Comité Electoral de las Elecciones Estudiantiles, presidido por Edgar Reymundo Mercado, proclamó ganador al candidato Juan Tutuy Aspauza del FER con 1986 votos, seguido por la aprista Alianza Revolucionaria Estudiantil (ARE), con 131 votos (210). Fue una derrota grandiosa. Actualmente el Dr. Juan Tutuy es rector de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle - La Cantuta.

El estudiante Chirinos

En los años 1977,1978 y 1979, la FEUNCP estaba presidida por un estudiante de apellido Chirinos de la Facultad de Sociología. A este alumno se le imputa la liquidación de la Federación Estudiantil durante todo ese período, la misma que la puso al servicio de Jesús Véliz Lizárraga. Bajo su dirección, la mencionada representación estudiantil no tuvo autoridad de ningún tipo. Ante esta realidad, los estudiantes de las facultades se reúnen y organizan sus comités de lucha y el conjunto de comités constituyen el Comité Coordinador de Lucha de la UNCP, cuyo presidente fue el estudiante de la Facultad de Educación Eliseo Gonzáles Sanabria y su vicepresidente, el alumno Walter Ayala Cárdenas.

Walter Ayala Cárdenas

Presidente de la FEUNCP, en representación del FER, en los años 1982, 1983 y 1984. Durante su gestión se producen múltiples manifestaciones contra la política antiuniversitaria del gobierno belaundista que logra la cúspide de su represión con la muerte del estudiante Isaías Marlon Bravo Flores. Ayala se declara abiertamente y con orgullo, un discípulo de Jaime Cerrón Palomino.

Ferrer Maizondo Saldaña

Presidente de la FEUNCP, en representación del FER, en los años 1985, 1986 y 1987. Es durante su gobierno que la Federación de Estudiantes pretende tener un órgano de difusión y logra editar el primer y único número de la revista que la denominó Huancamayo. Maizondo sufrió un atentado, siendo herido de bala, presumiblemente por miembros del MRTA, motivo por el que fue internado gravemente en el Hospital El Carmen de Huancayo para luego abandonar la ciudad.



Himno del FER

I

Marchemos hacia la liberación
Feristas al combate a luchar
El pueblo nos llama camaradas
Llegó la hora cero de luchar.

II

Hundamos a los yanquis y gorilas
Rompiendo las cadenas de la opresión
Salgamos decididos al combate
A cantar la victoria o morir.

Coro

¡Adelante! ¡feristas!
Adelante hasta el final
Luchemos por una Patria Roja
Donde reine la felicidad
Luchemos por una Patria Roja
Feristas viva la liberación.

III

De traidores y revisionistas
Limpiemos la Universidad
La ciencia debe servir al pueblo
Luchemos todos por la liberación.

IV

Obreros Campesinos avancemos
Unidos en la lucha pa´ vencer
La sangre vertida por el pueblo
Es fuente de nuestra inspiración.

Coro

¡Adelante! ¡feristas!
Adelante hasta el final
Luchemos por una Patria Roja
Donde reine la felicidad
Luchemos por una Patria Roja

Feristas viva la liberación.

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