Dr. Vladimir Cerrón Rojas
Los gobiernos regionales tenemos que resolver una contradicción dialéctica, entre la marginación y la oportunidad, para enfrentar al analfabetismo como primera línea de lucha en aras de reivindicar a los sectores más necesitados, pues sabemos que el analfabetismo genera pobreza.
En nuestra región, seguramente como en otras, el analfabetismo regional es enfrentado de una manera aislada, inoportuna, improvisada, falto de mística y de transparencia. Participan el PRONAMA, las Fuerzas Armadas, el Ministerio de Salud, el Ministerio de la Mujer y el Ministerio de Educación. De todos ellos, al parecer, solamente el PRONAMA hace los mayores esfuerzos para llegar a la meta, pero encuentra muchas dificultades.
Pero cómo motivar a los futuros alfabetizadores a sumarse a una tarea que requiere de mucho desprendimiento humano contrarrestando a la vez esquemas mentales insertados por la política neoliberal en nuestro país en las últimas décadas, que incentiva el individualismo y el carácter comercial de la actividad humana. Una de ellas, practicada por el PRONAMA, es la motivación económica (propina) que se le otorga a los facilitadores (alfabetizadores), pero en la práctica ésto más bien se ha constituido en el elemento conspirativo, pues dichos montos a veces son asignados a personas que en la realidad no tienen ningún compromiso con la alfabetización, ni están preparados para esta misión, y en algunos casos los líderes nativos andinos o amazónicos lo direccionan hacia sus amistades o familiares, haciendo de ésto un negocio poco rentable, pero algo seguro.
En Junín el PRONAMA le dedica a la lucha contra el analfabetismo cerca de 6 millones de soles anualmente repartidos en dos etapas. Los facilitadores son 3481 y la propina es de 140 soles cada mes, pero creo que si se redujeran la cantidad de los mismos y se les pagara mejor sería beneficioso y el trabajo más efectivo. Caso contrario, este proceso será lento y demorará más de los años del que está previsto, considerando que el total de analfabetos en la región superan los 100000 habitantes, en objeción a lo que manifiesta el INEI quien plantea cerca de 78000.
Otra deficiencia detectada en el PRONAMA es la no implementación de un plan piloto especial para la alfabetización de las personas discapacitadas. Es importante atender a este sector tratándose de pacientes crónicos, porque mientras el discapacitado no esté preparado seguirá siendo víctima de la discriminación laboral y no podrá ser contratado por el Estado, ni tendrá derecho a la seguridad social. Otro grupo al que se debe prestar mayor atención es a las comunidades nativas amazónicas de Junín, situadas en el VRAE, a donde deben ir alfabetizadores que dominen la lengua originaria, pues primero deben ser alfabetizados en su lengua y luego en la lengua oficial del Estado peruano.
Los criterios para elegir a los alfabetizadores deben contemplar ciertos parámetros como la edad, menores de 30 años, pues debemos asumir que esta campaña es una tarea de la juventud, aunque no exclusiva, pero si mayoritaria. Para ello es imprescindible convocar a sus dirigencias como las federaciones en las universidades e institutos y alcaldías en los colegios. Haber culminado la educación secundaria común como mínimo, soltero sin hijos, vocación de servicio y capacidad de trabajo bajo presión. La alfabetización no se puede estar llevando a cabo solamente 6 horas cada semana, sino debe ser diaria adaptándose al horario que mejor le convenga a los educandos. Estos alfabetizadores deben estar capacitados con los mínimos elementos de técnica pedagógica.
Esta es una oportunidad para contrarrestar las diferencias de género puesto que las madres son las que más se involucran, al ser mayoritarias en analfabetismo pero al mismo tiempo con mayor interés de ayudar en la educación a sus hijos, así los hijos que vivan en un medio cultural más avanzado, como planteaba Lev Vigotsky, tendrán mejores oportunidades de inteligencia. Cuando la población sea más educada, estarán mejor garantizados los derechos humanos, pues la pobreza, la injusticia y la violencia, no encontrarán mayores espacios.
Una de las causas para que el PRONAMA fracase es que el Estado no ha previsto un proyecto con una partida especial para el alojamiento y alimentación de quienes deberán realizar el trabajo de campo. Es decir, no hay viáticos y se debe estar pendiente de la buena fe de las comunidades, del teniente gobernador, el alcalde o de los líderes sociales.
En cuanto al método de aprendizaje debemos dejar el sesgo político. La nueva ley del profesorado hace mención a varios países con buenos índices en educación, como Finlandia por ejemplo, sin embargo, no menciona a Cuba, un país que tiene más en común con nosotros que nosotros con Europa. Este mismo fenómeno puede estar dándose cuando se recurre al método Aprendiendo a Leer y rechazando el método cubano Yo Si Puedo, un método que le ha permitido a Bolivia erradicar el analfabetismo.
La tarea de la alfabetización no solamente es una responsabilidad pública, debemos elaborar un mapa de actores, pues las empresas privadas también deben involucrarse en el sostenimiento económico de la campaña, los institutos superiores particulares, los colegios privados, la banca, el comercio y demás, pudiendo ser sus aportes económicos, en especies o en recursos humanos. Por ejemplo, los institutos y universidades, mientras dure la campaña no debieran enviar practicantes a los colegios, sino que deben pasar a constituir las brigadas de alfabetización, como proyección social. Asimismo nuestra región cuenta con más de 12000 maestros desocupados, pues a éstos se les debe dar la prioridad de ser alfabetizadores, y cuando concluyan el trabajo con éxito, extendérsele el título de alfabetizador que será un requisito primordial para su nombramiento. Otra fuente de financiamiento que debe gestionarse es la que proviene del gobierno regional y de las instituciones internacionales como el PNUD, la OIE y la UNESCO.
La mayor amenaza que puede prolongar esta campaña es la migración de personas analfabetas a nuestra región y para ello es necesario intensificar la alfabetización en tiempos de migración como en los tiempos de cosecha, tiempos de siembra, campaña escolar, desastres naturales, etc. La alfabetización también fracasa cuando los que se incorporan a este proceso no se ven estimulados laboralmente y económicamente, por ejemplo, si tenemos a cien personas trabajando en un núcleo ejecutor, los alfabetizados deben ganar mejor salario, eso despertará el interés de los demás de asistir a las clases de alfabetización.
Existe un grupo que siempre es renuente a alfabetizarse, pero creo que esta renuencia es mayor responsabilidad del alfabetizador que del alfabetizable, es como la medicina, no podemos decir que el paciente es malo cuando el médico no sabe aplicar el remedio adecuado. Pero también debe considerarse que siempre habrá un grupo que nunca podrá ser alfabetizado como los ancianos en edades seniles, las personas con patologías cerebrales congénitas o adquiridas crónicas, ahí debe limitarse el 4% permitido por la UNESCO.
La alfabetización fracasa cuando no hay continuidad en los estudios, cuando los materiales que usan para tal propósito son obsoletos o inadecuados, cuando hay falta de transparencia de los mismos facilitadores al falsear los informes de sus logros, cuando falte el monitoreo y control en el trabajo de campo y, lo más importante, cuando el individuo no ha asimilado que la educación es una herramienta de liberación capaz de lograr la felicidad del pueblo y de él mismo. Para obtener el certificado de la UNESCO que nos declare haber vencido el analfabetismo en nuestro país o la región, es necesario alcanzar la meta de alfabetización del 96% de la población en nuestra jurisdicción. Las metas educativas para los estados iberoamericanos al 2021, contempla la erradicación del analfabetismo para el 2015, lógicamente una tarea de titanes, no la defraudemos.
Huancayo, 22 de enero del 2011.
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