Henry Fernando López Cantorin
¡Todos tenemos derecho a la libre expresión!, derecho a salvaguardar el respeto mutuo, los síntomas de violencia y caos perjudican como siempre al más desprotegido. La población en su mayoría trabaja para sobrevivir día a día, mientras unos trabajan otros protestan. García dijo que las personas no tienen derecho a bloquear carreteras, tomar aeropuertos o de amenazar al resto del Perú. Lo que sí está claro, las protestas sociales que esta semana ha enfrentado al gobierno central y a las regiones, parecen estar ligados a un alarmante desentendimiento de competencia legal, político, social y económico.
García olvida que dentro de sus discursos en campaña electoral tomaba como propuesta la renegociación del TLC con EEUU, ahora buscar ser el socio estratégico latinoamericano de EEUU, todo ello dirigido a la aprobación del TLC, pero olvida que la historia ha demostrado que EEUU, no busca socios estratégicos si no subordinados. Es el TLC mal negociado con los Estados Unidos, por el grave daño que causará a miles de agricultores y poblaciones rurales que en el proceso electoral se pronunciaron mayoritariamente por el cambio de una política económica y social que hoy los excluye. Hay tres factores la pobreza, la exclusión social y la corrupción que ahonda la desconfianza de la población hacia nuestros gobernantes, quienes gobiernan de espalda al pueblo, los campesinos sienten que el Perú ya no les pertenece, un grupo es el que gobierna y se beneficia, estas las barreras ciegan tanto a gobernantes y ciudadanos de una visión para identificar las oportunidades.
No podemos ser ajenos que el Perú va a ser el centro de la atención mundial por algunos días, representa la oportunidad de mostrarse al mundo. ¿Realmente cuantos empresarios que asistan serán peruanos?, nos preguntarnos quien o quienes representaran a Junín, Vladimiro Huaroc cuando él afirma que es político, el 95% de empresarios peruanos son PYMES, de esta empresas solo un 20% logra sobrevivir dos años. Seamos positivos la idea es que empresarios peruanos logren presentar a nuestro país como una cuna de oportunidades, y un calificado socio comercial que cumple con estándares internacionales de calidad y seguridad jurídica, sin duda recibiremos muchas ofertas.
Pero de qué sirve tanta inversión extranjera ¡Nos estamos olvidando de formar el Perú que los peruanos queremos! la lógica del mercado no conoce nacionalidades. En una sociedad con desigualdades extremas y una de las tasas de pobreza más altas de Latinoamérica requiere, urgentemente, una ciudadanía comprometida en carne y alma con el desarrollo social del Perú.
Nos estamos convirtiendo en un país con gran concentración económica en pocas manos, y encima que sean corporaciones extranjeras, que no tienen como máxima prioridad el desarrollo social, sino la búsqueda de mercados y ganancia. El estado peruano no tiene un plan de desarrollo ¡no existe!, solo medidas parciales como el TLC para todos, Sierra Exportadora, pero detrás no hay ninguna intención seria de apoyo al desarrollo del capital nacional. La culpa no es del capital extranjero. La culpa es nuestra, nos hacen creer que con inversión extranjera nuestros problemas se solucionarán sin mover un dedo. El empresario peruano, es inteligente, empeñoso y cooperador, conoce la mentalidad peruana, conoce nuestras deficiencias, así como las enormes posibilidades de crecimiento en los distintos sectores. La clase empresarial peruana puede aprovechar estas ventajas y convertirse en uno de los motores del desarrollo social si así se lo propone.
Al analizar el crecimiento económico internacional existen dos facetas de crecimiento: la económico-financiera y la científico-tecnológica, ambos utilizan la mano de obra barata y tratan por todos los medios, de extraer los mayores dividendos de capital financiero para luego llevarlos a sus países de origen. Las corporaciones multinacionales y los Estados capitalistas han producido un formidable paquete de inversiones, el resultado es que una cuarta parte de los habitantes del mundo concentra el 90 por ciento de los bienes materiales. Según un estudio de la ONU sostiene que las 358 personas más ricas del mundo poseen una fortuna equivalente a la del 45 por ciento de la población mundial. Es cierto que el Perú es un mendigo sentado en un banco de oro, sin embargo a ese banco es un paraíso tropical para los inversionistas, si no citemos a Pedro Brescia, que reunió en Perú una fortuna de dos mil millones de dólares, podría comprar Liberia y la llamada “dama de Hong Kong y Nina Wang, haría lo mismo con Nicaragua”. Habrá que preguntarnos nuestro Perú cuanto más alimento la inversión extranjera, si no recordemos la reventa del sonado caso Toromocho, y ahora la reventa de la Central Hidroeléctrica del Mantaro que fue privatizado en 150 millones de dólares y hoy lo venden a 350 millones de dólares, asumiendo aparte, la deuda de 100 millones dólares que tiene la empresa.
El gobierno promete cambiar la historia de los últimos años, a través de esta bonanza económica, sin duda, se requiere de un mayor sentido de responsabilidad social no del empresariado peruano, más bien de las transnacionales que están beneficiándose de nuestros recursos. No estamos en contra del TLC, es una vía mas del desarrollo económico mundial, pero para que esto prospere necesitamos dos factores: Cambio de actitud y un Gobierno Fuerte respetable y haga respetar nuestra soberanía y población, la realidad muestra que el “Perú está en remate
García olvida que dentro de sus discursos en campaña electoral tomaba como propuesta la renegociación del TLC con EEUU, ahora buscar ser el socio estratégico latinoamericano de EEUU, todo ello dirigido a la aprobación del TLC, pero olvida que la historia ha demostrado que EEUU, no busca socios estratégicos si no subordinados. Es el TLC mal negociado con los Estados Unidos, por el grave daño que causará a miles de agricultores y poblaciones rurales que en el proceso electoral se pronunciaron mayoritariamente por el cambio de una política económica y social que hoy los excluye. Hay tres factores la pobreza, la exclusión social y la corrupción que ahonda la desconfianza de la población hacia nuestros gobernantes, quienes gobiernan de espalda al pueblo, los campesinos sienten que el Perú ya no les pertenece, un grupo es el que gobierna y se beneficia, estas las barreras ciegan tanto a gobernantes y ciudadanos de una visión para identificar las oportunidades.
No podemos ser ajenos que el Perú va a ser el centro de la atención mundial por algunos días, representa la oportunidad de mostrarse al mundo. ¿Realmente cuantos empresarios que asistan serán peruanos?, nos preguntarnos quien o quienes representaran a Junín, Vladimiro Huaroc cuando él afirma que es político, el 95% de empresarios peruanos son PYMES, de esta empresas solo un 20% logra sobrevivir dos años. Seamos positivos la idea es que empresarios peruanos logren presentar a nuestro país como una cuna de oportunidades, y un calificado socio comercial que cumple con estándares internacionales de calidad y seguridad jurídica, sin duda recibiremos muchas ofertas.
Pero de qué sirve tanta inversión extranjera ¡Nos estamos olvidando de formar el Perú que los peruanos queremos! la lógica del mercado no conoce nacionalidades. En una sociedad con desigualdades extremas y una de las tasas de pobreza más altas de Latinoamérica requiere, urgentemente, una ciudadanía comprometida en carne y alma con el desarrollo social del Perú.
Nos estamos convirtiendo en un país con gran concentración económica en pocas manos, y encima que sean corporaciones extranjeras, que no tienen como máxima prioridad el desarrollo social, sino la búsqueda de mercados y ganancia. El estado peruano no tiene un plan de desarrollo ¡no existe!, solo medidas parciales como el TLC para todos, Sierra Exportadora, pero detrás no hay ninguna intención seria de apoyo al desarrollo del capital nacional. La culpa no es del capital extranjero. La culpa es nuestra, nos hacen creer que con inversión extranjera nuestros problemas se solucionarán sin mover un dedo. El empresario peruano, es inteligente, empeñoso y cooperador, conoce la mentalidad peruana, conoce nuestras deficiencias, así como las enormes posibilidades de crecimiento en los distintos sectores. La clase empresarial peruana puede aprovechar estas ventajas y convertirse en uno de los motores del desarrollo social si así se lo propone.
Al analizar el crecimiento económico internacional existen dos facetas de crecimiento: la económico-financiera y la científico-tecnológica, ambos utilizan la mano de obra barata y tratan por todos los medios, de extraer los mayores dividendos de capital financiero para luego llevarlos a sus países de origen. Las corporaciones multinacionales y los Estados capitalistas han producido un formidable paquete de inversiones, el resultado es que una cuarta parte de los habitantes del mundo concentra el 90 por ciento de los bienes materiales. Según un estudio de la ONU sostiene que las 358 personas más ricas del mundo poseen una fortuna equivalente a la del 45 por ciento de la población mundial. Es cierto que el Perú es un mendigo sentado en un banco de oro, sin embargo a ese banco es un paraíso tropical para los inversionistas, si no citemos a Pedro Brescia, que reunió en Perú una fortuna de dos mil millones de dólares, podría comprar Liberia y la llamada “dama de Hong Kong y Nina Wang, haría lo mismo con Nicaragua”. Habrá que preguntarnos nuestro Perú cuanto más alimento la inversión extranjera, si no recordemos la reventa del sonado caso Toromocho, y ahora la reventa de la Central Hidroeléctrica del Mantaro que fue privatizado en 150 millones de dólares y hoy lo venden a 350 millones de dólares, asumiendo aparte, la deuda de 100 millones dólares que tiene la empresa.
El gobierno promete cambiar la historia de los últimos años, a través de esta bonanza económica, sin duda, se requiere de un mayor sentido de responsabilidad social no del empresariado peruano, más bien de las transnacionales que están beneficiándose de nuestros recursos. No estamos en contra del TLC, es una vía mas del desarrollo económico mundial, pero para que esto prospere necesitamos dos factores: Cambio de actitud y un Gobierno Fuerte respetable y haga respetar nuestra soberanía y población, la realidad muestra que el “Perú está en remate