domingo, junio 10, 2007

HOMENAJE AL AMAUTA JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI LA CHIRA


Vladimir Cerrón Rojas

Como hoy, 14 de junio de 1894, nació José Carlos Mariátegui (JCM), el Amauta, y en merecido homenaje a quien continúa siendo un paradigma del pensamiento peruano con dimensión internacional, repasamos a uno de sus mejores intérpretes, el profesor universitario Jaime Cerrón Palomino, quien con gran habilidad de síntesis escribiera sobre tan insigne pensador, en su libro “Historia de las Ideas en el Perú Contemporáneo” (1989).

JCM, nació en Moquegua, en el seno de una familia de clase media empobrecida, de ahí que, desde los 15 años tuvo que emplearse como obrero alcanza-rejones, tomando contacto con la clase trabajadora del país y lograr información autodidacta, al haber abandonado la educación primaria.

Según Basadre, fue un “genio” que sin concluir su educación escolar se convirtió en uno de los jóvenes literatos más importantes y más leídos, capaz de dirigir revistas, periódicos y una prensa de prestigio internacional. Es un caso sin precedentes por su autodidactismo y LO PARADÓJICO ES QUE LA UNIVERSIDAD PERUANA JAMÁS PUDO DAR UN PRODUCTO SIMILAR.

A despecho de García Calderón, Andrés Belaúnde, Deústua y otros ideólogos peruanos que para madurar en su verdadera posición tuvieron que hacer periplos por distintas corrientes de la filosofía, en el caso del Amauta se produce un acto peculiar, cual es que por el propio contacto con los operarios y empleados del diario “La Prensa”, a los 24 años ya tuviera definida su orientación socialista. Desde temprano pudo advertir la inutilidad de las doctrinas anarquistas y burguesas que estaban fuertemente en boga en el sindicalismo y en los círculos intelectuales, a tal extremo que eruditos como Prada, Abelardo Gamarra, Lévano y Fonkén fueron convencidos por las hojas ácratas.

Su “edad de piedra” está caracterizado por su labor de redactor, articulista y cronista parlamentario en los periódicos: La Prensa (1909), El Tiempo (1916), Nuestra Epoca (1918) y La Razón (1919) a raíz de cuyas actividades es detenido por la defensa de una serie de reivindicaciones sociales, entre las que destacan el movimiento de la Reforma Universitaria y la huelga por la Jornada de las 8 horas.

Su “segundo período” constituye el momento más valioso en la formación de su concepción del mundo, toma contacto con intelectuales europeos (Barbusse, Rolland, Gobetti, D´Annunzio, Marinetti, Gramsci, Gorki, Sorel, etc.). A su retorno se incorpora como docente en la Universidad Popular “Gonzáles Prada” para dictar clases sobre la situación del proletariado mundial, y asume la dirección de la Revista Claridad (1923), pero nuevamente es encarcelado y acusado de subversivo; funda la Editorial Minerva (1925) y en ese mismo año, es propuesto por los estudiantes de San Marcos a regentar una cátedra, cuyo ejercicio se lo niegan; en 1927, polemiza con Luís Alberto Sánchez en torno al problema del indio y el mismo año es detenido e internado en el hospital “San Bartolomé” bajo la acusación de preparar un complot; funda la revista Amauta (1926), donde publica una serie de artículos que luego aparecerá en los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana; en 1928, interviene en la formación del Partido Socialista del Perú, funda el periódico Labor y en 1929, organiza la Confederación General de Trabajadores del Perú.

A la muerte de Mariátegui (1930), algunos intelectuales con el propósito de echar sombras sobre el prestigio de nuestro ensayista, lo denominaron “populista”, “bergsoniano”, “soreliano”, etc. Mirochevski, que al haber leído en los 7 Ensayos, una encendida defensa del aborigen, apresuradamente lo califica de “populista”; a pesar de que JCM nunca sostuvo que el campesinado puede ser la clase social conductora de la revolución; Robert Paris quiere ver en Mariátegui un “soreliano”; Haya de la Torre lo ha motejado de “europeizante”; Víctor Andrés Belaúnde lo tilda de “ortodoxo” y Juan José Vega, magnificando las menciones que hace el Amauta sobre Sorel, Bergson y Nietzsche, ha querido demostrar que Mariátegui en verdad no es tal marxista, sino una suerte de ecléctico o idealista, no faltan pensadores que quieren despojar a José Carlos de su filiación marxista, para destacar en él que era mítico y religioso.

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