Fernando Romero Villanes
La necesidad de que el único
estamento revolucionario no caiga en manos del aprismo fue una misión social
dentro de la lucha ideológica y política a nivel nacional y regional de la
juventud universitaria que, tras años de larga lucha, lograra la liberación de
cada uno de sus centros de estudios.
La FEUC tuvo como primer
presidente al alumno Jesús Fernando Romero Villanes y luego a Julio Seminario
Wensel, ambos estudiantes de la nocturna en las Facultades de Educación y
Ciencias Económicas, respectivamente. Romero se hizo de la presidencia al
derrotar al candidato aprista Mayer Martel. Romero pertenecía a las filas del
FER con clara tendencia izquierdista, formación marxista y sindicalista a su
ingreso a la universidad. Además, integraba la Federación de Empleados
Bancarios (FEB) y permanecería asesorado por ellos. Romero dirigió, los
primeros años, los destinos del estamento estudiantil y conjuntamente con los
sectores progresistas lanzó la necesidad de nacionalización de la universidad.
Un comunicado de la FEUC del 8 de noviembre de 1961, da fe de lo manifestado en
los siguientes términos: “Siendo la FEUC
presidida por Fernando Romero, se lanzó el grito de nacionalización, y que
algunos de los miembros del Consejo Académico pretenden abanderarse con algo
que no les pertenece, ya que ellos fueron principales opositores a nuestra
lucha” (146).
Según algunos dirigentes apristas, Romero era
un tipo muy serio, poco comunicativo y autoritario. Tenía gran poder en la
universidad puesto que la Facultad de Educación principal bastión del FER, era
mayoritaria. “Cuando llegó el Congreso de
la FEP en Ayacucho el año 1963, fui incluido en la comisión a pesar de ser
aprista y nos fuimos tres delegados: Fernando Romero, Alberto Valencia y un tal
Gotuzo. Nos recibieron el presidente de la Federación de Estudiantes Zenón
Naveda y el rector de la UNSCH Efraín Morote Best, quien nos invitó gentilmente
a tomar un café. Morote lucía con su tremenda y popular corbata michi. El
congreso se desarrolló sin mayores contratiempos, ahí Romero me presentó a
Carlos Tapia, delegado de la Facultad de Ingeniería Rural si bien recuerdo. Al
regresar a Huancayo tuvimos un contratiempo, los carros quedaron varados en una
zona desértica, teníamos hambre y sed. Romero había desaparecido y al cabo de
las horas regresó con un pan y una naranja, las cuales las repartieron
equitativamente y nos dio una gran lección de solidaridad en la austeridad,
repartió lo poco que había conseguido. A pesar de las discrepancias políticas,
ahí comencé a admirarlo” (364).
La lucha que tenía que enfrentar el FER estaba clara y
era contra el Apra, partido que controlaba la universidad. Esa lucha era vital,
puesto que si el estamento estudiantil era capturado por el aprismo, tendrían
una carta blanca para sus fines y la universidad no hubiera sido nacionalizada
ni reorganizada. Esta posición ferista, sería blanco de múltiples ataques
verbales y físicos por parte del Apra. Así, en el mes de abril de 1961, la
Federación Universitaria de San Marcos (FUSM) hace presente su solidaridad y
protesta frente a las agresiones cometidas a los dirigentes de la FEUC,
Fernando Romero, José Vílchez, Juan Aguinaga y José Gálvez, quienes resultaron
con diversas lesiones al tratar de ingresar pacíficamente a su universidad, la
misma que inexplicablemente se encontraba cerrada y custodiada por estudiantes
apristas, el subprefecto de la provincia, empleados de la universidad y otros
elementos extraños, provistos de piedras, cadenas, palos y manoplas, con los
que atacaron a los estudiantes.
Romero tuvo dos gobiernos al frente de la
FEUNCP (1960-1961 y 1962-1964). Una vez egresado fue profesor en Pampas
(Huancavelica) y luego en la vespertina del Colegio Nacional San José de Jauja.
En 1969 ejerció la cátedra universitaria y fue director del Programa de
Educación Física en Altura de la Universidad Nacional de Educación con sede en
Muquiyauyo. También fue catedrático en las universidades nacionales Faustino
Sánchez Carrión de Huacho y San Luis Gonzaga de Ica (363). Actualmente labora
en la Escuela de Post Grado de la UNMSM.
El FER contra el FUR
El Frente Universitario Reformista (FUR) era la
agrupación estudiantil aprista hasta 1964, luego pasó a ser la Unión Estudiantil
Universitaria (UEU) hasta 1965 y posteriormente, la Alianza Revolucionaria
Estudiantil (ARE). Por tanto, el FUR era la organización antagónica del FER.
Actualmente el Apra no cuenta con una organización estudiantil reconocida en la
UNCP, aunque cuenta con algunos simpatizantes.
En el mes de noviembre de 1961, en los ambientes de la
universidad, ocurrieron graves sucesos en horas de la noche a raíz del “desafío
público” formulado por el FUR retando al FER a sostener una polémica sobre
temas políticos doctrinarios. Ésta se iba a producir después de la charla que
sustentara su dirigente estudiantil Alberto Valencia Cárdenas, estudiante de la
UNMSM.
Valencia a su entrada al Local Central de la
universidad, recibió una fuerte silbatina y fue alcanzado por un proyectil en
el parietal derecho que resultó ser un frasco vacío de loción capilar, aunque
otros diarios afirmaban que se había tratado de una piedra, sin poderse
identificar al autor del hecho. Los docentes apristas Manuel Zegarra Russo y
Horacio Gago Espinoza preguntaron a un grupo de estudiantes quién había sido el
autor de la pedrada y muchas voces respondieron: “El mismo que había tirado la piedra a Odría”, oyéndose risas.
Antes de los hechos, los miembros de la FEUC, después
de un rápido acuerdo, cerraron la puerta principal aduciendo que los
organizadores de la reunión no tenían la autorización correspondiente del
Consejo Académico. “Sin embargo, minutos
después se leyó la autorización en cuestión (303)”. Algunos diarios
testificaron el incidente: “Con una
herida de piedra en la cabeza resultó Alberto Valencia, estudiante de San
Marcos y dirigente aprista, al dictar una conferencia política en la
Universidad Comunal a invitación del FUR. Valencia que vino para organizar el
FUR antes de las elecciones estudiantiles en la Universidad Comunal, encontró
anoche fuerte resistencia de la mayoría del estudiantado y al ingresar a la
Universidad en compañía de veinte personas de su partido, entre universitarios
y ajenos, fue silbado. Del compacto grupo del primer patio del local salió una
piedra que fue a dar a la cabeza de Valencia, quien sacó un pañuelo para
limpiarse la sangre. Los estudiantes contrarios al FUR trataron de impedir el
ingreso de Valencia, pero ante la intervención de un Alférez de la Guardia
Civil que amenazó con disolver al grupo, avanzó rápidamente. Eran las 7 y 30
p.m., Virgilio Rosales presidente de turno del Consejo Académico del mismo
color político, dijo que había autorizado la conferencia política porque
anteriormente hubo otra sobre Cuba. El dirigente del FUR, Víctor Baldeón
calificó de salvajes y comunistas a sus adversarios. La charla de Valencia que
debía ser sobre “La revolución americana” según estaba anunciado parecía más
una exposición doctrinaria del Apra. Recordó a Haya de la Torre desde 1924
hasta la fecha, diciendo que mantiene sus principios. Atacó a Rusia y Cuba y
sostuvo que la revolución tiene que hacerse con la perspectiva de la teoría
espacio-tiempo-histórico de Haya de la Torre, que tiene puntos coincidentes con
el marxismo. Ante el asombro de la concurrencia (conformada en la mayoría por
gente extraña a la Universidad), Valencia rindió homenaje a Lenin, el “gran
revolucionario que ha sido olvidado por sus herederos”. Continúa: “El desafío hecho por el dirigente
político y estudiantil Alberto Valencia, para discutir públicamente sobre
problemas políticos, ha sido aceptado por Fernando Romero Villanes, Presidente
de la FEUC. Valencia mediante un comunicado desafía a cualquier persona a un
debate dentro de la Universidad Comunal. Es dirigente del FUR de San Marcos.
Agrupación estudiantil aprista que también existe en la Comunal. Romero pone la
condición hacer la polémica sobre cualquier tópico por intermedio de una
emisora para que todo el pueblo pueda conocer, y no adentro de una conferencia
en algún local donde los asistentes serían controlados por consignas del
partido aprista como siempre lo hace” (304).
Como consecuencia de estos eventos (noviembre de
1961), los miembros del Consejo Académico de la universidad, tomaron una
actitud drástica contra el presidente de la FEUC Fernando Romero, miembro de dicho
cuerpo; aduciéndole la autoría de los sucesos ocurridos el 2 del presente en el
seno de la Universidad Comunal. No obstante que el alumno se encontraba ausente
y que las normas legales establecidas contemplaban que el acusado debiera estar
presente al momento de sancionarlo para así tener oportunidad de hacer los
descargos correspondientes (292).
Julio Seminario Wensel
Acerca de la postulación y
posterior triunfo de Julio Seminario Wensel, en noviembre de 1961, los
distintos medios de comunicación destacaron: “Se han inscrito dos listas. La primera con la fórmula de Julio
Seminario Wensel y Mariano Pereyra; la otra con Pedro Sarmiento y Jesús Escate.
Seminario estudia Ciencias Económicas y pertenece al grupo estudiantil del FER,
y Mariano Pereyra estudia Educación y pertenece al Frente Universitario Comunal
Independiente (FUCI). Pedro Sarmiento estudia Ingeniería Industrial y Jesús
Escate, Arquitectura” (297).
El triunfo de Seminario fue
arrasador, considerando aquella vez la población universitaria existente y las
representaciones políticas del estudiantado: “Por 190 votos de diferencia triunfó ayer la fórmula de Seminario y
Pereyra para los cargos de Presidente y Vicepresidente de la FEUC. En las ocho
mesas donde realizaron el sufragio, los ganadores obtuvieron marcado
favoritismo, menos en la Facultad de Ingeniería Industrial, en que Sarmiento
obtuvo un margen a su favor. El cómputo final fue el siguiente. Para
Presidente: Julio Seminario, 401 votos y Pedro Sarmiento, 211 votos. Para
Vicepresidente: Mariano Pereyra, 404 votos y Jesús Escate, 206 votos. La
Fórmula triunfadora estuvo apoyada en estas elecciones por el FER, el FUCI y el
Frente Universitario Nacionalista (FUN)” (302).Otro diario acota: “Julio Seminario Wensel, gana las
elecciones de la Presidencia de la Federación de Estudiantes de la entonces
Universidad Comunal del Centro del Perú (UCCP) para el período de 1961-1962,
acompañándole como Vicepresidente Mariano Pereira y Secretario de Organización
Jaime Cerrón Palomino” (4).
Más adelante otro diario señala:
“La próxima semana se instalará la nueva
junta directiva de la FEUC que preside Julio Seminario Wensel y lo secunda en
la Vicepresidencia Mariano Pereyra. Hace tres días se llevó a cabo la
juramentación. En aquella oportunidad el cesante Presidente, Fernando Romero
Villanes tomó el juramento a su sucesor en ceremonia cumplida en el Aula Magna
de la Universidad. Los delegados de las diversas Facultades que integran la
junta directiva de la FEUC son los siguientes: Secretario de Organización,
Jaime Cerrón Palomino (Ciencias Sociales); Sub Secretario, Pedro Carrión
(Ingeniería Industrial); Secretario de Defensa, Rodolfo Rodríguez (Agronomía);
Subsecretario, Andrés Sobrevilla (Ingeniería Forestal); Secretario de Actas,
Alejandro Mendoza (Agronomía); Subsecretario, Ildefonso Cárdenas (Ingeniería
Industrial); Secretario de Disciplina, Adolfo Alvarado (Educación) y
Subsecretario, Ciro Sihuay (Arquitectura)” (288).
Elecciones
estudiantiles para elegir al presidente de
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Julio Seminario
Wensel del FER, segundo presidente de la FEUC, derrotó al candidato aprista
Pedro Sarmiento. Huancayo, noviembre de 1961. Cortesía del Dr. Fernando Romero
Villanes.
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El costo de ser
dirigente consecuente
Una de las consecuencias que acarrea ser presidente de
la Federación o dirigente estudiantil es el estar sujeto a la represión de las
autoridades universitarias o el sistema gubernamental. Fernando Romero fue
reprimido con sanciones que llegaron desde la expulsión del claustro
universitario hasta la prisión. Al iniciarse la matrícula del año 1961, no les
permitieron el ingreso a los alumnos que eran fundadores y adeptos de la FEUC,
entre ellos figuraban Fernando Romero Villanes, Javier Ríos Burga, José Gálvez,
Renán Mera, Antonio Cisneros Reaño, Teodosio Rodríguez Narváez y Andrés
Sobrevilla. El 29 de enero de 1962, la FEUNCP emitió un comunicado en la
persona de su presidente Julio Seminario, denunciando la detención del
presidente de la FEP Max Hernández Camarero, acompañaron a este pronunciamiento
Alejandro Mendoza Laínez, Juan Aguinaga Maradiegue y Jaime Cerrón Palomino
(126) y en el mes de diciembre del mismo año, Gustavo Espinoza Montesinos estaba
siendo expulsado de la Universidad Nacional de Educación La Cantuta (50). La
revista Reportaje testimonia que en diciembre de 1962 Julio Seminario y
Fernando Romero, por su acción crítica al gobierno que había entrado de un
golpe de Estado, fueron apresados por orden de la Junta Militar de Gobierno y
más adelante continúa: “Pero si bien es
cierto que los estudiantes se manifestaban contra la actitud dictatorial del
gobierno, no menos cierto es que los sectores apristas de la misma Universidad
se frotaban las manos de satisfacción al notar que el clima se hacía cada vez
más tenso y que psicológicamente contribuía a reafirmarles la estabilidad de
sus puestos ”(430,431).
La violación de la autonomía universitaria, ley por la
cual los miembros de las FFAA y FFPP no podían ingresar al claustro
universitario, siempre fue interpretada respecto a intereses políticos de las
autoridades universitarias. La UNCP fue un blanco frecuente, así luego de una
manifestación estudiantil contra la corrupción que concluyó con una toma de
local, el 22 de diciembre de 1962, luego de una intensa resistencia por parte
de los alumnos, la universidad fue tomada por los efectivos policiales. En esa
intervención fueron detenidos Julio Seminario, presidente de la FEUNCP; Fernando
Romero Villanes, ex presidente de la FEUNCP y los hermanos Paz de la Torre,
entre otros (15). Otra de las características en la lucha ideológica y política
de aquellas federaciones estudiantiles universitarias era su clara visión
concatenada acerca de los problemas más álgidos de su región, del país e
inclusive las de carácter internacional, incluyendo en sus manifiestos,
opiniones acerca de la Revolución Cubana, la nacionalización del petróleo, el
imperialismo norteamericano, la reforma agraria, la intervención del clero,
etc.
La violación de
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Las luchas por las
rentas y el inicio de la reorganización
El primer gobierno de Fernando Belaúnde Terry
(1963-1968), no era precisamente una administración pro universidad, sino
estaba orientada a dotarlas de menores rentas o asfixiarlas económicamente, si
éstas se comportaban como adversarios políticos. Para acometer dicho fin
contaba con la coyuntura antiuniversitaria de la coalición APRA-UNO. Es así
como a finales del año 1963, la UNCP se encontraba en un caos económico y
moral, motivo por el que se realizaron grandes movilizaciones en la lucha
estudiantil como la Marcha de Sacrificio del 20 de diciembre, exigiendo mejorar
las rentas e iniciar la reorganización integral de la universidad. Esta acción
fue reforzada simultáneamente en Huancayo con una huelga de hambre (49). Está
reportado en la historia que el 14 de junio de 1965, por los mismos móviles, la
UNCP realizó otra marcha de sacrificio (72). Al año siguiente, la ayacuchana
Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga también enfrentaría una lucha
económica, ideológica y política, por la reposición de sus rentas.
El Apra y la
utilización de la universidad
Para el año 1964, Fernando Romero había retomado la
presidencia de la FEUNCP (19), lo que permitió denunciar un 5 de enero de 1964
que la Facultad de Agronomía estaba siendo utilizada como centro de operaciones
del Apra. La FEUNCP tenía una unificación monolítica y representaba la mayoría
de los Centros Federados de siete Facultades de las nueves que existían:
Educación, Ciencias Económicas, Ingeniería Forestal, Ingeniería Industrial,
Zootecnia, Ciencias Sociales y Arquitectura. El grupo disidente sólo se reducía
a las Facultades de Administración y Agronomía (164).
Pese a estar arrinconado en el sector estudiantil, el
Apra tenía la autoridad universitaria, pues no solamente manejaba el ingreso de
los estudiantes, sino que podía “ascender” de ciclo académico a los alumnos que
se identificaran plenamente con la causa del partido. Ésto pudo confirmarse el
6 de enero de 1964 por el Secretario de Organización de la FEUNCP José María
Arauco quien como ejemplo: “Citó el caso
del estudiante Gil Durán, que cursa cuarto año en la Facultad de Ciencias
Sociales, sin haber cursado primero y segundo año” (310).
Así como manejaban la UNCP, también lo hacían en la
Universidad Nacional de La Libertad de Trujillo, Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, Universidad Nacional Federico Villarreal, Universidad Nacional
Faustino Sánchez Carrión, Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión. Esta
estrategia aprista de penetrar las universidades aún sigue vigente, pero con la
diferencia que se han replegado en la actualidad a las de carácter privado
debido a su expulsión en la gran mayoría de las universidades nacionales, así
tenemos la Universidad Alas Peruanas, Universidad Particular Inca Garcilaso de
la Vega, Universidad Continental, Universidad San Martín de Porres, entre
otras. Responde también a esta política el tratar de expropiar la Pontificia
Universidad Católica del Perú por el cardenal Cipriani, cómplice del Apra.
El Apra y la calumnia
En complicidad con las autoridades universitarias
apristas y contrariamente a la FEUNCP, Raúl Zárate Suazo y Wilfredo Rojas,
ambos dirigentes títeres del aprismo, acusaron a Fernando Romero de estar
incitando al comunismo y anunciaron la separación de su Facultad de la FEUNCP
(58).
El 25 de febrero de 1964, los estudiantes toman el
local, pidiendo se ponga en marcha la reorganización de la UNCP para entregarlo
al Comité Cívico Pro Reorganización en la presidencia del Dr. Horacio Gutiérrez
Tordoya (79), pero el Centro Federado de la Facultad de Agronomía, propio a su
estilo aprista, emitió un pronunciamiento de ser su deseo la reorganización de
la FEUNCP y estar en contra del Comité Cívico Pro Reorganización de la UNCP,
manifestando que: “Los autores de la
invasión y gestores de la oposición del mencionado comité constituyen un grupo
de agitadores conocidos, no contando con ella siquiera con la mayoría de los
miembros de la FEUNCP y tiende a desprestigiar a nuestra Universidad, como son
Saúl Muñoz Menacho, Julio Marín Paucar, Fernando Romero Villanes, José Suárez
Terrazos, Inocencio Mamani, Andrés Sobrevilla, José María Arauco Aliaga, Carlos
Berríos, etc., que a su vez responden a los designios venidos del extranjero
con el oro de La Habana, Moscú y Pekín” (153).
Los ataques de “comunistas” o “comunismo
internacional”, términos que se interpretan políticamente como “terrorismo”,
han sido y siguen siendo la principal estrategia y calumnia del aprismo en su
lucha contra las organizaciones progresistas, no eran una invención del
estudiantado aprista, sino una directiva desde las esferas más altas del Apra,
así podemos colegir de las declaraciones que hace a la prensa Ramiro Prialé
Prialé en contra de la FEUNCP, el 17 de marzo de 1964: “En Huancayo se organizan actos que son parte de un programa de
agitación y penetración comunista” (87).
Estas calumnias tuvieron como objetivo justificar la
incapacidad de gobierno de la universidad y los actos de corrupción en su
interior, cubriendo con un manto de calumnias a los adversarios políticos o a
las organizaciones genuinas del pueblo. Este método no es nada nuevo en el Apra
si consideramos que la incapacidad de gobernar el país los lleva a recurrir a
los ataques de “chavistas”, “evistas”, “ONG comunistas”, “injerencia extranjera
en la Amazonía (Bagua)”, etc., que son pruebas contemporáneas.
Otra vez la
corrupción y el abuso del poder aprista
El Apra había desarrollado un mecanismo por el cual
los ingresantes a la universidad debieran ser militantes o simpatizantes de su partido,
pero ante la participación de la FEUNCP no les sería factible consolidar tal
aspiración con la impunidad de antes. Prueba de ello es el acontecimiento del
16 de marzo de 1964 cuando se realizó el examen de admisión a la UNCP, donde
ocurrió un hecho sin precedentes, los catedráticos quemaron las pruebas de
ingreso con fines de boicotear el ingreso y la fiscalización realizada por la
FEUNCP. Al respecto un diario local menciona: “Humberto Rosado (miembro de la FEUNCP) narra el hecho: después que nosotros
pedimos a los estudiantes que abandonen las aulas, los miembros del jurado que
se encontraban en las aulas recogieron en el estado en que estaban los exámenes
y se los guardaron en sus cartapacios. El catedrático Manuel Zegarra encendió
un fósforo a las pruebas de examen que le alcanzaba el médico Alejandro Aliaga”
(59).
Ante la imposibilidad de anular
el examen de ingreso, la estrategia aprista acordó sancionar a los alumnos por
una supuesta toma de local y de rehenes, emitiendo el Consejo Universitario la
siguiente sanción: “Expulsión de Máximo
Durand González y Hugo Cáceres por haber agredido al catedrático Ing. Sebastián
Sánchez López; suspender por el año académico de 1964 e inhabilitación por el
presente año de rendir exámenes pendientes correspondientes al año académico de
1963, a
los señores: Augusto Céspedes Huaccho, Rafael Paz de la Torre, César Anchiraico
Hinostroza y Héctor Castro Cifuentes, por haber agredido físicamente a los
empleados Pedro Yauri Arana y Alfonso Maldonado Laura; Luis Montes, Heraclio
Mescua Bonifacio, Carlos Javier Montoya Delgadillo, por haber violado e
incinerado los exámenes de admisión; Jesús Flores Prado, por su condición de
dirigente y cabecilla. Inhabilitar para que rinda los exámenes correspondientes
al año académico de 1963, al señor Lorenzo Madueño Tapia, por ser autor
material de la ruptura de los cordones de teléfono de la Facultad de Educación.
Inhabilitar permanentemente a formar parte del tercio estudiantil, de cualquier
organismo o comisión que tenga que ver con el gobierno de la Universidad y sus
Facultades y para integrar la plana del personal Docente y Administrativo de esta
Universidad, a los señores anteriormente mencionados y a los siguientes: Julio
Durand Fierro, Carlos Cevallos Vizurraga, Manuel Mondragón Orrego, Pablo Castro
Hilario, Eduardo Mendoza Aramburú, Andrés Sobrevilla Vargas, Alfredo Grados
Rivero y Humberto Rosado Flores. Firma: Gustavo Herrán Reinoso “ (262).
El Apra enemigo de la
reorganización, otra vez en el poder
Es posible que la renuncia del rector Manuel Carranza
no haya sido un caso tan sorpresivo, sino que vino dándose en el contexto de la
crisis, tal es así que frente a su ausencia temporal del cargo ya tenían
pensado quién lo reemplazaría, el CPC Nilo Arroba Niño, persona de confianza
del partido aprista. Esto se infiere porque el 19 de marzo de 1964 antes de la
renuncia oficial de Carranza, los estudiantes universitarios denuncian que
Arroba cobraba tres sueldos, como rector interino, como decano y como profesor
principal, sin tener condición para hacerlo por ninguna de estas funciones
(65).
Frente a la inminente reorganización de la universidad
que se venía venir, el 20 de marzo de 1964, el FUR emitió un comunicado de
prensa en la cual sostiene que la FEUNCP se encuentra en manos de comunistas y
que solamente apoyaría la reorganización, siempre en cuando se reorganice
primero la FEUNCP (12). La Unión Sindical de Trabajadores de Junín (afiliada a
la CTP y por consiguiente al Apra) cree conveniente hacer cuerpo contra la
reorganización, manifestándose el 20 de abril de 1964: “El conocido grupo de agitadores comunistas encabezado por los
bancarios Saúl Muñoz Menacho, Julio Marín, Fernando Romero y otros, con la
complicidad del títere Máximo Bermúdez, persiste en tomar en nombre de esta
gloriosa Central Departamental de Trabajadores, con el objeto de que el
comunismo internacional se apropie de la Universidad Nacional del Centro… Una
vez más reiteramos nuestra posición favorable a una reorganización integral de
la Universidad, que debe hacerse con arreglo de la ley y sin la intervención de
personas extrañas a su seno, menos de los corruptos comunistas, agentes
gratuitos o a sueldo de una potencia extranjera. Firman: Elías Amable, Leopoldo
Tapia y Porfirio Rojas” (278). Pese a estos ataques, la FEUNCP convocó para
el 24 de marzo de 1964 a
una asamblea y mitin en el salón de actos del Instituto Industrial Femenino
donde se definió que la reorganización no tenga carácter interno Facultad por
Facultad, sino sea de carácter integral (40).
El nombramiento del nuevo rector, Manuel Carranza,
demostró ser el continuismo corrupto del gobierno rectoral anterior, los
tráficos de influencia y las cuentas no saneadas se hicieron más evidentes: “Convocó a concurso de cátedras a la que
aprobaron sólo 24 postulantes de 95. Este concurso resultó un fraude. Por el
mes de junio del año siguiente, debido a que el rector no presentaba el Balance
respectivo y la existencia de catedráticos que, ocupaban puestos que no
merecían, sin siquiera tener títulos, la Facultad de Educación le da un voto de
repudio”. “La Universidad Nacional del Centro del Perú cuenta con 18 millones
de ingreso anual fijado en el Presupuesto General de la República. Tiene además
varios millones de ingresos por otros conceptos… ¿Cómo se invierten estos
ingresos? Sólo el rector y la argolla lo saben, pues no existe un Presupuesto,
y hasta la fecha no se ha publicado el Balance General de la Universidad…
Tácunan concluye pidiendo el nombramiento de una Comisión Reorganizadora”
(430).
Ante el fortalecimiento de la FEUNCP y de las
organizaciones populares que pugnaban la reorganización, los conflictos en el
interior de su partido (Apra), las auditorías que concluían demostrando grandes
actos de corrupción, la instalación de la Comisión Reorganizadora presidida por
el Dr. Efraín Morote Best y la posibilidad de purgar cárcel por tales actos, el
7 de mayo de 1964, el rector Manuel Carranza Márquez presentó su carta de
renuncia irrevocable a la universidad, la misma que fue aceptada de inmediato
por el Consejo Universitario. Así Carranza abandonó Huancayo el mismo día y
Nilo Arroba asumió el rectorado el día 8 de mayo de 1964 en calidad de
encargado, un nombramiento no contemplado en la ley universitaria, para
cumplimentar el período rectoral del renunciante.
Esta lucha por la reorganización integral se prolonga
hasta los años siguientes debido a los múltiples sabotajes del Apra. Humberto
Tafur Gálvez, en el mes de noviembre de 1968, mediante la Editorial del
mensuario Pulso, hace un llamado nuevamente a los estudiantes universitarios
progresistas para liberar a la UNCP del yugo aprista que mantenía en el cargo
rectoral al contador Nilo Arroba Niño: “La
Universidad desde su fundación ha pertenecido a un grupo de gente que tenía a
su favor hasta títulos de propiedad eterna. Se trata de los apristas que han
convertido en un feudo la Universidad local. Ahí se hace lo que dicen y lo que
ordenan los apristas. Por eso, nuestra palabra; nuestra oposición a ese estado
de cosas tan deprimente; nuestra campaña tenaz para encontrar la liberación de
la UNCP. Esta jornada histórica solamente puede estar en manos de los
estudiantes. Ellos en primera línea. Después, otras fuerzas
extrauniversitarias” (97). Este mes fue de intensa jornada en la lucha por
la reorganización y con tal motivo el 30 de noviembre se realizó un mitin en la
Plaza Constitución; a este acto acudieron dirigentes estudiantiles nacionales,
sindicalistas y dirigentes comunales (11,90). Contrariamente a las legítimas
aspiraciones estudiantiles, los representantes de la FEUNCP de las Facultades
de Educación y Zootecnia (ambos de militancia aprista) rechazaron la
reorganización a pesar de que la masa estudiantil pensara lo contrario (13).
Rodolfo Vilca Abanto
y la histórica carta de la FEUNCP
El día 24 de septiembre de 1964, disputaron la
presidencia de la FEUNCP los candidatos Javier Ríos Burga del Frente
Estudiantil Social Cristiano (FESC), siendo su principal ofrecimiento la
construcción de la Ciudad Universitaria. En representación del FER, postuló por
la Alianza Estudiantil Universitaria (AEU) Rodolfo Vilca Abanto, siendo su
principal ofrecimiento la moralización y reorganización de la universidad.
Finalmente, Ricardo Bohórquez Hernández en representación de la aprista Unión
Estudiantil Universitaria (UEU), siendo su principal ofrecimiento la
moralización de la FEUNCP, que estaba en manos de la izquierda desde hacía
años.
Bohórquez fue derrotado ampliamente por la AEU y
nuevamente el FER dirigió el movimiento estudiantil (1964-1965) en la persona
de Rodolfo Vilca. De los comunicados obtenidos en reportes periodísticos,
podemos concluir acerca de la personalidad de Ricardo Bohórquez, un personaje
totalmente servil a la causa partidaria, servil a los intereses corruptos de
las autoridades universitarias y de posición antiestudiantil. Sus ataques
frecuentes, sus calumnias que la FEUNCP era mantenida económicamente por países
comunistas y que recibían orientaciones de ellas, su derrota en las elecciones
estudiantiles, etc., demuestran lo mencionado.
Los alumnos habían tomado las facultades exigiendo la
moralización y reorganización integral de la universidad, promesa del FER en la
campaña estudiantil, que estaba siendo boicoteada por las autoridades apristas.
Acerca de este acontecimiento el rector Nilo Arroba declara el 3 de junio de
1965: “En vista del estado de huelga, en
que se encuentran varias Facultades, el Consejo Universitario en sesión
celebrada el día de hoy, tomó los siguientes acuerdos: Suspender por treinta
días el funcionamiento académico de las Facultades de Educación, Ciencias
Sociales, Ciencias Económicas y Comerciales e Ingeniería Mecánica y Eléctrica,
que actualmente se encuentran en huelga. La suspensión sería levantada si
dentro del mencionado plazo de treinta días en dichas Facultades antes indicadas
se restablece la normalidad. El año académico indefectiblemente concluirá el 31
de diciembre, incluyendo exámenes promocionales. La medida adoptada por el
Consejo Universitario está destinada a hacer respetar el principio de
autoridad, frente a la pretensión de ciertos Centros Federados y de la
Federación Universitaria, los cuales han planteado la solución de algunos
reclamos acompañada de una situación de huelga. Se advierte a los estudiantes
que, de adoptar medidas extremas como la toma de locales, de huelgas de hambre
y cualquier otra actitud reñida con el ordenamiento jurídico, las autoridades
universitarias exigirán a los Poderes del Estado que actúen de acuerdo a las
normas que señala la ley, como punto de partida de la consecución de una auténtica
reivindicación de la Universidad Peruana. Las autoridades de la Universidad
Nacional del Centro del Perú se identifican plenamente con la intervención del
señor senador del departamento de Lima, Don Miguel Dammert Muelle, en el Senado
de la República, el día 30 de marzo del presente año, pues dicha intervención
revela la crisis existente en el comportamiento de los estudiantes dentro de
las universidades” (274).
Bohórquez, en representación de la UEU, manifestó al
respecto, el 4 de junio de 1965, que debía responsabilizarse a la FEUNCP y a
sus dirigentes del receso de las facultades mencionadas y de la crisis por la
que atraviesa la universidad, por su incapacidad para resolver nuestros
problemas, exigiendo además se levante inmediatamente la huelga decretada por
los dirigentes estudiantiles. Finalmente a su intervención, no podía faltarle
el cumplimiento de la directiva de sus partidarios superiores: “Culpar a los comunistas, enquistados en
nuestros organismos de gobierno estudiantil del desorden producido la noche del
miércoles” (265). A esta afrenta, el 5 de julio de 1965, la FEUNCP
respondió: “La huelga será levantada, tan
pronto se garantice la moralización de nuestra Casa de Estudios. Los
estudiantes que han emprendido la titánica marcha de sacrificio, aún permanecen
en Lima en condiciones desastrosas y esperan heroicamente la verificación del
Consejo Inter Universitario, y en caso de no llevarse a cabo esta reunión,
INICIARÁ LA HUELGA DE HAMBRE (en Lima). El receso que decretara el Consejo
Universitario no prosperará, puesto que el Art. 2 de la Ley 13417 dice: sólo
por Ley podrá el Estado crear o suprimir Universidades Nacionales” (128).
Las amenazas de
receso e intervención de las FFPP a solicitud de las autoridades
universitarias frente a los actos de protesta, eran una constante. Archivo
personal.
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Rodolfo Vilca, en representación de la FEUNCP, envió y
publicó una Carta Abierta a Nilo Arroba Niño el 9 de junio de 1965, en la misma
que hace un resumen de los acontecimientos desde la fundación de la universidad
hasta sus problemas actuales: “Cuando se fundó
la Universidad el año 1959, con el nombre de Universidad Comunal del Centro,
los hijos del pueblo cifraban sus esperanzas de que sería una verdadera Casa
del Saber, pero fatalmente, desde que abrió sus puertas se encaramaron en su
dirección un grupo de personas interesadas con fines extrauniversitarios; para
asegurar su ambición lucrativa, hicieron constar en su Acta de Fundación,
cláusula Nº 8: “SE OTORGA EL CARÁCTER DE
FUNDADORES PROPIETARIOS A LOS FUNDADORES PRINCIPALES QUE SE INDICAN EN EL
ARTICULO 4º (PROFESOR RAMIRO PRIALÉ, DR. JAVIER PULGAR VIDAL, DR. JESÚS VÉLIZ
LIZÁRRAGA E ING. CÉSAR SOLÍS), Acta de Fundación tan tristemente célebre
como el de nuestra Universidad no se ha visto en la historia de la educación.
Todas las esperanzas que pusieron en ella quienes colaboraron activamente para
su fundación: las comunidades, los sindicatos, asociaciones, instituciones
culturales y el pueblo en general, para que sus hijos tengan una profesión y
así sacaran a nuestro pueblo del hambre, la miseria y la explotación, se fueron
esfumando día a día; es así como nace el
movimiento de NACIONALIZACIÓN DE LA UNIVERSIDAD, movimiento que nace del clamor
estudiantil como producto del caos académico, administrativo y económico de la
Universidad, movimiento destinado a sacar una “argolla” que se había refugiado
en la Universidad, como en una isla de mares tempestuosos donde no puede entrar
nadie que no comulgue con su grupo. En esta lucha, tuvieron los entonces
directivos de la Universidad a los incondicionales de siempre, a elementos que
desprovistos del arma fundamental que es la moral, cayeron a la postre,
derrotados, porque nuestras aspiraciones estaban dentro del marco de la
justicia, porque nuestra lucha era una lucha justa. Este grupo que se
identifica con ellos por su claudicante credo político de entreguismo y
capitulación era el que decía que “NACIONALIZAR
LA UNIVERSIDAD ES COMO NACIONALIZAR LA LLAMA”, frase demagógica de cliché que
pregonaron a voz en cuello. Con todas estas barreras de orden político que
nos eran desfavorables SE NACIONALIZÓ LA UNIVERSIDAD y quienes en un comienzo
se oponían abiertamente a la
nacionalización, quisieron después embanderarse con ella. Pero los “fundadores”
de nuestra Universidad no se quedaron contentos de verla nacionalizada, sino
que pusieron en marcha un plan bien trazado y planificado, demostrándonos que
son verdaderos estrategas del fraude y del engaño; colocaron en la dirección de
la Universidad a profesionales incompetentes, inmorales y que, según el informe
de la Comisión Revisora de Títulos Grados e Incompatibilidades, usurpan cargos,
se han asignados sueldos fabulosos e indebidos, violando flagrantemente la Ley
Universitaria 13417. Analizados todos estos acontecimientos y hechos sucedidos
en nuestra Universidad que demuestran un abierto engaño al pueblo y a sus
hijos, por quienes hasta ahora siguen gobernándola, el anteaño pasado planteamos y pedimos la intervención del
Consejo Inter Universitario para que se reorganice la Universidad desde sus
cimientos porque nuestra Universidad descansa sobre bases falsas; hay que
reconstruirla, hay que reorganizarla desde sus raíces. Pero, poniendo en
práctica la experiencia y la maniobra, burlaron con artificios legaloides el
planteamiento de la Comisión Reorganizadora de la UNCP, presidida por el Dr.
Efraín Morote Best, Rector de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga.
La primera declaración de esta comisión, hacía constar que renunciaría si veía
interferida su labor de reorganizar la Universidad y eso fue lo que
precisamente hicieron: obstruyeron la labor de la Comisión Reorganizadora y el
Dr. Efraín Morote Best después de explicar mediante una carta que ya hemos
publicado, las causas fundamentales por las cuales no podía seguir presidiendo
dicha comisión renunció por la labor obstruccionista del Consejo Universitario.
Los estudiantes creemos que es esta Comisión la única autoridad capaz de
reorganizar de una vez por todas, nuestra Universidad, con el apoyo decidido de
todos los estudiantes y del pueblo en general. Por todo lo que exponemos en esta carta que será histórica en la lucha
estudiantil, así como históricos en la página de la Universidad Peruana y de la
Cultura Universal, la actitud que en respuesta a esta toma Ud. y los
miembros del Consejo Universitario, amparados por los principios, medios y
fines que se hallan señalados en la Ley 13417. Porque nosotros también
adquirimos experiencia en la lucha y porque fuimos burlados por viles maniobras
y creímos en las promesas que hicieron Uds. cuando hicieron fracasar a la
Comisión de Reorganización, por la que tanto luchamos para que se constituya y
lucharemos hasta las últimas consecuencias para llevar adelante lo que ya hemos
iniciado. No se puede concebir que un
grupo de personas, por muchos apetitos que tengan, por muchos intereses
políticos que defiendan, se queden pese al repudio de una inmensa mayoría del
estudiantado y el pueblo. Atentamente: LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES DE LA
UNCP” (267).
Ante esta denuncia de la FEUNCP, una vez más y fiel a
su estilo, Ricardo Bohórquez líder de la UEU, el 9 de junio de 1965 declaraba
lo de costumbre, sin agregar otro elemento de juicio objetivo: “Los culpables de la crisis de la Universidad
Nacional del Centro, son los extremistas y comunistas del FER. Ellos cumplen
consignas exteriores” (82).
Las autoridades cumplieron su amenaza y en la UNCP
fueron recesadas las actividades académicas mas no las económicas. Los docentes
y autoridades seguían cobrando sus respectivos sueldos. Esta denuncia fue hecha
por la Facultad de Arquitectura el 5 de septiembre de 1965, en la misma que
hace constar la inercia de las autoridades para levantar el receso que llevaba
más de dos meses (280).
Estas contradicciones conllevaron a que la lucha
estudiantil nacional fuera más articulada y exista el espíritu solidario, como
ya lo habíamos mencionado, frente a la represión estudiantil por parte del
gobierno. La violación de la autonomía universitaria quedó manifiesta una vez
más con la captura del presidente de la FUSM, el estudiante de Derecho Licurgo
Pinto, el 20 de agosto de 1965. El mencionado dirigente estudiantil fue
capturado y sacado a viva fuerza del campus de la UNMSM conjuntamente con los
estudiantes Víctor Cáceres y Aurelio Saavedra (137), pese a la protección del
rector Dr. San Martín Frayssinet.
Nuevamente el FER:
Jaime Cerrón Palomino y Javier Véliz Ramos
La suerte del aprismo no era favorable en la
aceptación del estudiantado. En los comicios estudiantiles del 29 de noviembre
de 1965, nuevamente fue derrotada la UEU por la AEU liderada por Jaime Cerrón
Palomino en representación del FER. A esto le siguió el triunfo de Javier Véliz
Ramos, quien ganó las elecciones para la presidencia de la FEUNCP el 28 de mayo
de 1966 (73). La continuidad del FER en sucesivos gobiernos estudiantiles
garantizó la nacionalización, moralización y reorganización de la universidad.
De haber permitido el triunfo del Apra, las expectativas del estudiantado y del
pueblo en general hubieran quedado truncas.
Sin embargo, las autoridades universitarias
encabezadas por el rector y recibiendo directivas superiores del Apra,
aplicaban la estrategia de desconocer a los dirigentes estudiantiles. Las
presidencias de la FEUNCP de Jaime Cerrón y Javier Véliz y los Secretariados
Generales de las Facultades, fueron desconocidos por el Consejo Universitario,
pese a haberse ganado la contienda limpiamente. Así podemos inferir de las
denuncias hechas por Cerrón y Véliz, el mes de noviembre de 1965 y el 25 de agosto de 1966, respectivamente (181). Una
denuncia más evidente de este aspecto se puede tomar de las declaraciones de
Javier Véliz Ramos, el 3 de septiembre de 1966: “Obligáronme rechazar el temperamento dictatorial del Contador Nilo
Arroba Niño, quien so pretexto de su afiliación e influencia política pretendía
condicionar la aceptación del Tercio Estudiantil en el cogobierno siempre y
cuando cumpliéramos obsecuentemente las directivas partidarias” (261).
En la práctica ninguna de estas maniobras resultaron y
por el contrario las contradicciones se agudizaron más y en el mismo mes de
septiembre de 1966, Javier Véliz Ramos, entonces presidente de la FEUNCP, era
expulsado de la universidad por las autoridades encabezadas por Arroba, motivo
por el que la FEP anunció un mitin en Huancayo y decretó un paro de 48 horas
exigiendo la reposición de su presidente. Para aquella época la Facultad de
Zootecnia había sido tomada por el aprismo y se mantuvo así durante muchos
años. En estas circunstancias surgen tres personajes nuevos Abdón Vílchez Melo,
Cipriano Alarcón Ángeles y Rodolfo Zárate Suazo. El primero de ellos sería
luego sindicado por los medios periodísticos como el creador de un comando
paramilitar aprista denominado Rodrigo Franco, responsable de asesinatos a
estudiantes, profesores y sindicalistas opuestos a su línea política. Es así
como, el 8 de septiembre de 1966 los mencionados dirigentes zootecnistas emiten
un comunicado rechazando el paro decretado por el Centro Federado de Educación
(138).
La intervención del Departamento
de Estado de los EE UU
Mientras el Apra acusaba a los estudiantes
izquierdistas de ser financiados y viajar a países como Cuba y la URSS para su
adoctrinamiento, el Departamento de Estado de los EEUU, preparaba políticamente
a militantes apristas de la UNCP. Esto se puede colegir del testimonio personal
de Ricardo Bohórquez, uno de los beneficiados con estas becas: “Recién en 1967, después de un visible fracaso de la dirigencia comunista
en la conducción de la Federación de Estudiantes durante 7 años, la FEUNCP,
tuvo un presidente auténticamente demócrata: el Autor de este libro: Ricardo
Bohórquez Hernández. Debo confesar que fui preparado
políticamente por mi Partido para desempeñar esa función. Fui enviado a la
escuela Interamericana de Educación Democrática –EIDED, de San José de Costa
Rica, a estudiar ciencias políticas, en 1965” (391).
Del mismo modo, el 31 de enero de 1966, durante el
gobierno del trigésimo sexto presidente Lyndon Baines Johnson (1963-1969), el Departamento de Estado de los
EEUU iniciaba un trabajo en las universidades del país. Captaba dirigentes de
partidos que ellos consideraban demócratas (apristas y demócratas cristianos) e
invitaba a un intercambio “cultural”. “Aquel
tiempo todo el mundo
era Fidel Castro y era necesario contrarrestar esa ofensiva en América Latina.
Como parte de este plan Kennedy había implementado en América la Alianza Para
el Progreso, la Reforma Agraria, los Cuerpos de Paz, el asistencialismo (avena,
leche en polvo, aceite de soya, etc.), y a su muerte, Johnson decidió hilar más
fino” (364). Para Carlos Malpica, en su obra cumbre Los Dueños del Perú, las
captaciones y sobornos a los principales líderes de los partidos políticos se
materializaban mediante: “los viajes al
exterior para asistir a congresos internacionales o para perfeccionarse en el
Instituto Norteamericano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre u observar
el movimiento sindical de los países más desarrollados; los sueldos como
profesores y conferencistas, etc.” (404).
Entre los estudiantes y dirigentes de la UNCP que
fueron invitados, figuraron Alejandro Aliaga Gago, Ricardo Bohórquez Hernández,
Guillermo de la Matta Guevara, Hugo Efraín Galarza Roca, Juan Isaac Gálvez
Ríos, Oscar Rómulo Pardo Rodríguez, Jorge Fernando Salinas La Torre y Roberto
Valderrama Mendoza (22,144). De los propuestos, el único que no llegó a viajar
fue Juan Gálvez Ríos, por haber tenido un hermano guerrillero del MIR,
detectado por el Departamento de Estado de los EEUU (364). “Era evidente que este plan lo manejara la Central Intelligence Agency (CIA)
y como becarios tendríamos que captar gente para que hable bien de los EEUU. El
viaje fue con todos los gastos pagados y en el hotel les dejaban cada noche un
cheque por cobrar. Aunque no te doy nombres, pero estoy seguro que, de todos
los que fueron, siquiera tres han estado y están aún al servicio de los yanquis” (364).
A mediados del año 1967, se encontraban nuevamente los
estudiantes en campaña para lograr la presidencia estudiantil de la FEUNCP. El
30 de mayo de 1967, Ricardo Bohórquez, entonces candidato a la presidencia de FEUNCP,
dirige un mitin en el cual entabla una propuesta demagógica de “Estudiar y producir” (199), continúa el
ataque el 31 de mayo de 1967, y declara a la prensa que la AEU: “No hizo ni siquiera una tentativa de reunión
estatuaria, en los seis años que había gobernado” (83).
Estos “becarios” no eran perdidos de vista por la
embajada norteamericana. El 19 de diciembre de 1966 fue enviada a todos ellos
una carta del asistente del Programa Comisión Fulbright de Intercambio
Educativo, Kristin Peterson, en los términos siguientes: “También nos gustaría incrementar en todo lo posible la participación
de los antiguos becarios en los programas de orientación que la Embajada ofrece
todos los años a peruanos y norteamericanos. Sin embargo, antes de realizar estos y otros planes consideramos de la
mayor importancia la coordinación de un sistema de catalogación de los ex
becarios de los programas del Departamento de Estado de los Estados Unidos y de
la Comisión Fulbrigh. Para poder realizarla es necesario actualizar los
correspondientes datos biográficos y para ello dependemos de su cooperación. Me
he permitido adjuntarle un formulario indicando la información que nos gustaría
de usted. Mucho le agradeceremos que usted lo complete a fin de familiarizarnos
más específicamente con la naturaleza de su profesión e intereses. Desearíamos
además, muy vivamente, que nos mantuviera informados de sus actividades
profesionales por medio de comunicaciones futuras. Apreciaríamos asimismo
recibir las sugerencias que usted considere pueden servirnos de ayuda en
nuestros esfuerzos” (368). Ya estaban comprometidos y advertidos, pues
estas son pruebas irrefutables del financiamiento norteamericano a los partidos
que ellos consideraban demócratas y paradójicamente acusaban al adversario
político de ser financiados por la ex URSS en la mentalidad que por lo que
ellos son así, todos somos como ellos.
La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), en su
trabajo investigativo acerca de la UNCP, solicitó informes desclasificados de
la CIA con respecto a las matanzas en la UNCP. Quiere decir ésto, que mantienen
agentes dentro de la universidad. Estos informes han llegado a tener, en
ocasiones, más peso que las resoluciones de cualquier organismo supranacional.
La FEUNCP en manos
del Apra
La ausencia de los principales líderes del FER, al
haber concluido sus estudios, hizo que el aprismo organizara mejor su campaña
política y le permitiera ganar las elecciones estudiantiles en 1967, llevando a
la Presidencia a Ricardo Bohórquez Hernández, estudiante de Educación y
posteriormente en 1968 a
Edgar Dolorier Armas, este último triunfo muy cuestionado y no reconocido por
la AEU. Fue una experiencia dolorosa para las organizaciones izquierdistas, la
cual se ha repetido y no en pocas ocasiones, el no haber forjado cuadros que
garanticen su relevo.
La gestión de la FEUNCP aprista no podía ser
contestataria ni revolucionaria al tener a sus jefes partidarios en el gobierno
de la universidad. Sus reclamos se limitaban a menesteres domésticos como el
que a continuación mencionamos. El 30 de septiembre de 1967, el entonces
Presidente de la FEUNCP reclamaba mediante un comunicado que el cubierto que
pagan los estudiantes no podía ser de 12.50 soles, sino debía mantenerse al
costo anterior de 5 soles (159). Esta postura en alguna medida puede entenderse
porque las masas estudiantiles presionaran a Bohórquez a manifestarse contra el
gobierno del rector Arroba, miembro de su partido político.
Ricardo Bohórquez apoyó decididamente la gestión
corrupta del entonces encargado y posterior rector Nilo Arroba Niño. Esto se desprende
de múltiples comunicados y cartas de adhesión que presentó a nombre de la UEU y
la FEUNCP en aquel período. Sin embargo, las luchas del FER no habían cesado,
la universidad era un centro de debate y lucha política intensa, lo cual le
permitió conquistar algunas facultades que anteriormente eran un bastión
aprista. El 5 de septiembre de 1967 el Centro Federado de la Facultad de
Agronomía ya estaba bajo la conducción de estudiantes progresistas y en sus
manifiestos lanzaron duras críticas al Consejo Universitario por haber
expulsado a sus compañeros y reclamaron la intervención de la FEUNCP, que
permanecía neutral ante tal actitud condenable. Firman el comunicado: Pedro
Porta H y Félix Lázaro C (169).
Posteriormente, ya fuera de los claustros en 1986,
Bohórquez fue elegido alcalde de Huancayo tras disputar el sillón municipal con
Juan Tutuy Aspauza, entonces alcalde (en reemplazo del asesinado Saúl Muñoz
Menacho) y postulante a la reelección. La Izquierda Unida había dado certeros
golpes a favor de las clases más necesitadas, como la invasión al Fundo Salas,
actual asentamiento humano Justicia, Paz y Vida, entre otros, una experiencia
que la oligarquía de Huancayo no quería repetir. Para impedir el continuismo de
la izquierda que era “inevitable” hasta entonces, era imprescindible hacerlo
todo para que el Apra entrara al poder. Bohórquez tenía en su lista de
concejales a la profesora y cantante Angélica Jesús Quintana Salvador, quien
fuera asesinada en plena campaña y este fenómeno habría garantizado el triunfo
aprista.
“Angélica Quintana
era una dirigente iniciada a última hora. Era folcklorista y a veces cantaba
rancheras, lo que le valió el apelativo de La Chaparrita. Fue una de las
primeras mujeres que se inició en los micrófonos en Radio Andina. Su error
podría haber sido hablar sobre aspectos políticos en la emisora. Era sectaria y
aprovechó el micro para lanzar críticas contra SL y MRTA. Fue asesinada y el
féretro paseado procesionalmente por toda la ciudad con un letrero que culpaba
a Sendero de la muerte. Aquella vez no había un deslinde claro entre la
Izquierda y la subversión, era fácil confundir. Para mí, traficaron con su
cadáver” (364).
Alberto Buendía, reportero del diario Correo, concluye
en un informe policial lo siguiente: “Otros,
me dijeron que fueron gente de su entorno. ¿Los mismos apristas? ¡Imposible!
Otro policía que había trabajado con Ketín Vidal y que fue destacado a Huancayo
me dijo: Tato ahora con la muerte de esta profesora que es candidata del Apra,
su partido puede ganar las elecciones porque todos están apuntando de su muerte
a la izquierda y Tutuy solo va a encontrar su voto. Yo me quedé perplejo y no
le hice caso. El día lunes 10 me enteré que había ganado el Apra. Pero nunca se
llegó a descubrir a los asesinos” (354).
Podría concluirse que Bohórquez ¿ganó las elecciones
estudiantiles gracias a la implementación aprista de la Escuela de Bellas Artes
y la alcaldía por el asesinato de Angélica Quintana, a quien el Apra nunca hizo
nada por rendirle un homenaje? Efectivamente, estamos hablando de un “líder”
forzado. Para el Dr.
Torpoco hay que reconocer algo en Bohórquez, alguien muy disciplinado con su
partido, lo cual le costó el haber sido muy bien utilizado. Si faltaba un
alcalde, un director regional de educación, un prefecto, un candidato y hasta
último un gobernador, ahí estaba él.
Dos FEUNCP, dos
presidentes
El día 31 de mayo de 1968 el Apra volvió a ganar las
elecciones estudiantiles para el período 1968-1969, las mismas que fueron
disputadas entre Edgard Dolorier Armas y Guillermo Ñahui Palomino. Refrenda lo
mencionado, un artículo de la prensa local del 30 de mayo de 1968, donde
precisa que por el Apra postulan Edgard Dolorier Armas, Manuel Villavicencio y
Jorge Vergara Linares, habiendo logrado una coalición UEU (Unión Estudiantil
Universitaria) – FRA (Frente Revolucionario Agrario) – FREI (Frente Renovador
Estudiantil Independiente) para derrotar a la AEU. Entre los seguidores a la
coalición aprista podemos identificar a Pedro Valderrama, Apolinario Mayta
Inga, Oscar Ninamango Solís, Sapaico Salcedo, Macha Gutarra, Román Raymundo,
Ricse Suasnabar, Morales Ríos, Abelardo Anchiraico, Ovidio Ascencio Castro,
Miguel Ortiz Saybay, Abel Socualaya Leiva, Eduardo Santana, Melitón Vílchez,
Enrique Bardón Claudio, etc. (256).
Guillermo
Ñahui Palomino, del FER, no reconoció la legalidad ni legitimidad de las elecciones, denunciando
un gigantesco fraude. Sin embargo, el Comité Electoral a través de un
comunicado de prensa informó el 2 de junio de 1968: “Los resultados fueron los siguientes: Edgar Dolorier Armas 948 votos,
Guillermo Ñahui Palomino 928 votos y Raúl Porras Aguirre con 134 votos”
(156). Frente al insistente rumor de fraude en la universidad sobre las
elecciones estudiantiles, el Comité Electoral emitió un Comunicado el 4 de
junio de 1968, defendiendo el triunfo de Dolorier, admitiendo una serie de
anomalías en el proceso, pero justificando el triunfo aprista: “Se anularon las ánforas Nº 9 y 14 de la
Facultad de Educación Primaria y la de Ingeniería Química Industrial
respectivamente, por no haberse encontrado dentro de ellas, las cédulas
respectivas. En caso de que el cómputo hubiese sido normal según las actas
remitidas por los presidentes de mesa, el FER tenía a su favor 17 votos en las
dos ánforas anuladas, lo que restando al número de votos obtenidos por la UEU,
en el total de ánforas, siempre quedaba un margen de TRES votos a favor del
candidato de UEU. Por consiguiente, el candidato ganador de UEU es el ganador de las elecciones”
(175).
La respuesta del FER no se hizo esperar, el 3 de junio,
Guillermo Ñahui, en un mitin realizado en la
Plaza Constitución, juramentó como el nuevo presidente de la FEUNCP
(23). De estos actos se comprende que en aquel período (1968-1969), en la UNCP
existían dos federaciones estudiantiles paralelas, una presidida por el Apra y
otra por el FER (225, 54). Puesto que la FEUNCP dirigida por Dolorier estaba
parcializada a favor de la corrupción de Arroba, la presencia de Ñahui fue
legitimando con el tiempo, es así como el 24 de octubre de 1968 la misma prensa
lo reconoció como tal: “El Presidente de
la FEUNCP Guillermo Ñahui Palomino informó que dicha entidad acordó replantear
el pedido de reorganización, tal como se había pedido desde el año 1965 y el 1
de diciembre se convocó a un mitin en la Plaza Constitución, cuyo principal
objetivo es continuar la lucha por la Reorganización de la UNCP. El mitin contó
con la presencia de quince oradores representantes de diferentes instituciones
estudiantiles, gremiales campesinas y profesionales, los mismos que condenaron
acremente a las autoridades de la Universidad, especialmente al rector Nilo
Arroba, al partido aprista y al ex senador Ramiro Prialé, quien dio todo su
apoyo al hoy enjuiciado rector” (7,100).
El golpe de Velasco y
la dolencia de los apristas
El general Juan Velasco Alvarado, lideró la Junta
Militar que derrocó al presidente Fernando Bealúnde Terry el 3 de octubre de
1968 y expropió las compañías petroleras norteamericanas que operaban en el
país. La posición antioligárquica de Velasco, la pérdida del manejo congresal y
la posibilidad de perder el control de las universidades, significó, sin lugar
a dudas, una derrota política fatal para el aprismo antes que para el propio
Belaúnde, por lo que desataron una ola de protestas a nivel nacional. Esta
hipótesis se respalda porque el Apra detentaba el poder en cinco universidades
importantes del país, en Trujillo (Universidad Nacional de La Libertad de
Trujillo), en Lima (Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad
Nacional Federico Villarreal), en Huacho (Universidad Nacional Faustino Sánchez
Carrión), en Cerro de Pasco (Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión) y en
Huancayo (UNCP), además de cogobernar en las universidades católicas de
Arequipa, Ayacucho y Huancayo. Otro golpe duro que recibió el aprismo fue la
expulsión del Dr. Luis Alberto Sánchez del rectorado de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, a los meses de producido el golpe, en la que se mantuvo
gracias a una ley fraudulenta que en complicidad parlamentaria con el odriísmo
lo había obtenido a pesar de ser senador de la República (369).
Producto de aquella desesperación, el 9 de octubre de
1968 se produce en Huancayo una serie de actos de protesta contra el golpe de
Estado por un grupo de militantes apristas de la UNCP, además de haberse
identificado a estudiantes de la Universidad Nacional Federico Villarreal (60).
Edgard Dolorier, uno de los dos presidentes de la FEUNCP, fue detenido y
llevado a la Cárcel Pública de Junín: “Por
haber realizado desórdenes y daños a la propiedad privada a los pocos días del
golpe militar y la nacionalización de los complejos petroleros La Brea, Pariñas
y Talara, política en la cual su partido no estaba de acuerdo… Los estudiantes
apristas detenidos fueron Rolando Lozano Gago, Modesto Pérez Carhuamaca, Manuel
Grandez, Andrés Vílchez Melo, Juan Marco Antonio Panéz, entre otros, acusados
de daños contra la tranquilidad pública y ofensa al pabellón nacional al
haberlo arriado a media asta” (41,88).
Aprovechando la coyuntura nacional, el 13 de noviembre
de 1968, los estudiantes izquierdistas realizaron una huelga y toma de local
exigiendo llevar a la práctica la reorganización integral de la UNCP (55). Este
acto fue respondido por la militancia aprista quienes organizaron un mitin e
intentaron desalojar a los estudiantes que habían tomado el local de la
universidad. Esta gresca devino, lamentablemente, en un enfrentamiento
estudiantil cuyo saldo fue un muerto. En este incidente repudiable fue asesinado
el profesor César Castellares Dolorier al ser sorprendido por un disparo de
bala en el abdomen, pese a los esfuerzos de los médicos en la Clínica Hans Rurh
no se salvó. Castellares, de 29 años de edad, quien prestaba servicios en
Concepción acudió al lugar de la manifestación a recoger a su esposa Matilde
Fernández Urdánegui, alumna del primer año de Ciencias Económicas, quien tomaba
parte activa en el mitin relámpago (198,83). Este crimen fue consecuencia de un
enfrentamiento producido entre un grupo de alumnos apristas que, aprovechando
del mitin, intentaron desalojar a los alumnos que habían tomado cuatro
facultades. Castellares Dolorier era el sobrino del presidente de la FEUNCP
Edgar Dolorier y en su entierro el 15 de noviembre fue declarado “Mártir de la lucha aprista”. Sobre los
resultados de la investigación no se supo nada oficial, el disparo pudo haber
venido de los grupos opositores al Apra como de los mismos apristas. Los
dirigentes de estos últimos, se habían caracterizado por andar armados. A raíz
de estos acontecimientos y de la crisis universitaria desatada, el alcalde de
la ciudad en aquel entonces, médico Félix Ortega Arce, prometió que el
municipio organizaría un forum que discuta la actual situación de la UNCP, la
misma que debiera llegar a plasmar una verdadera reforma universitaria (105).
El 20 de noviembre de 1968, Ángel Mendoza Poves era
delegado al Consejo Universitario en representación del aprismo, dicho por un
comunicado del Centro Federado de la Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales.
En el mismo comunicado tildan de terroristas a los estudiantes progresistas
(FER) y los culpan de la muerte de Castellares ocurrida en la calle Ayacucho
(150). Mendoza, al igual que Bohórquez, recibía directivas de sus niveles
partidarios que estaban en el poder de la universidad, a ello se deben los
comunicados del mismo estilo político.
Alejandro Espejo
Camayo
El día 15 de noviembre de 1968 el Consejo
Universitario expulsó a 42 estudiantes de la UNCP y el rector Nilo Arroba Niño
autorizó el ingreso de las fuerzas policiales (FFPP) al campus universitario,
contraviniendo la Ley de Autonomía Universitaria (103). La crisis continuó
agudizándose y el 17 de noviembre, tras una retoma de local, los estudiantes obligaron
al Consejo Universitario a reponer a los alumnos expulsados (79), destacando la
personalidad de Alejandro Espejo Camayo como luchador estudiantil.
A raíz de las calumnias, el 11 de diciembre de 1968,
fueron detenidos los estudiantes Cipriano Alarcón, Juan Solano, César Castillo
y Federico Ambrosio, cuando abandonaban el local tomado en la Facultad de
Ciencias Sociales, acusados del asesinato de Castellares (208). Luego fueron
liberados al no haber pruebas de la acusación.
En medio del flagor de la crisis, el 3 de diciembre de
1968, los alumnos apristas tomaron la Facultad de Ciencias Económicas y un
grupo de siete alumnos de la Facultad de Educación se aproximaron a dicho
establecimiento, siendo tomado este acto por los apristas como una seria
amenaza, por lo que les propinaron una golpiza. La actitud matonesca fue
encabezada por el renunciante secretario general de la UNCP, abogado Gustavo
Sánz Túpac Yupanqui y medio centenar de alumnos apristas. En el mismo
acontecimiento se relata algo anecdótico: “Al
estudiante Alejandro Espejo se le detuvo frente a la acusación de portar una
pistola. Sin embargo, la Guardia Civil comprobó que se trataba de una pistola
de fogueo y en vista de esto fue puesto en libertad” (101).
Alejandro Espejo era un ferviente luchador y gran
orador, sus luchas lo comprometieron con la moralización de la Facultad, así el
mes de noviembre de 1969, cuando lideraba la Asamblea Estudiantil, se produjo
la renuncia del Dr. Juan Ortiz Saybay a la dirección del Programa Académico de
Educación y a su cátedra ganada en concurso nacional. En su carta señala que lo
hacía en virtud de no crear conflictos en la universidad frente a la protesta
de los alumnos quienes lo habían denunciado por realizar cobros indebidos, su
personalidad prepotente y acusaciones de chantaje a las alumnas. Espejo también
sufrió las agresiones de Arroba, quien financiaba una FEUNCP paralela. Así
consta en su denuncia, a nombre de la promoción de educación Pablo Neruda,
cuando emitió un comunicado el mes de octubre de 1973 denunciando que existía
una seudofederación estudiantil y paralela, montada al servicio del interés
personal y político del ex encargado de la rectoría, el Sr. Nilo Arroba
(124,218,219,220,227). Al terminar los estudios de su carrera en la especialidad de Español y
Literatura, Alejandro Espejo era uno de
los pocos individuos con capacidad intelectual y de síntesis envidiable hasta
el último de sus días. En alguna ocasión dictó clases en la Facultad de
Educación de la cual fue expulsado por no tener título universitario, cuya
razón de no haberlo obtenido sólo él podría habernos explicado, posteriormente
lo vimos trabajando como Relacionista Público de la UNCP, porque además de los
estudios pedagógicos, era periodista.
Comisión auditora
contra la corrupción rectoral y el concurso de cátedras
El día 10 de diciembre de 1968 llegó una Comisión
Auditora, la cual un grupo de estudiantes apristas le impidieron su ingreso a
la universidad. “Dado este atropello la
comisión de auditoría que había arribado de Lima sostiene una reunión en la
Prefectura con el vicerrector Joaquín Chivílchez, quien les ofreció garantías
para llevar a cabo tal auditoría” reporta un diario local (10). Producto de
esta investigación se procede a una denuncia contra el rector y el 14 de
diciembre se dicta su detención provisional, siendo encarcelado.
Frente a la reclusión de Arroba, el Apra realiza el 27
de diciembre de 1968, un mitin con fines de desagraviar al rector. Aquella
ocasión, como en muchas otras y tratando de “recordarles” al pueblo de Huancayo
que la creación de la universidad había sido posible solamente por obra de
ellos, los oradores manifestaron: “Los
fundadores de la Universidad de esta Casa de Estudios fueron Ramiro Prialé y
los doctores Javier Pulgar Vidal y Jesús Véliz Lizárraga” (93,55).
Esta comisión logró detectar aparte de la corrupción
rectoral, la corrupción en los concursos de cátedras. Como era sabido, el Apra
no solamente controlaba el ingreso del estudiantado a la universidad, sino
también del personal docente y administrativo. Para el año académico de 1970 la
universidad había convocado a un concurso de cátedras, el mismo que fue
duramente cuestionado por los distintos estamentos, al haberse comprobado actos
fraudulentos a favor de los “compañeros”. Este acto de corrupción motivó a la
realización de una Asamblea Estudiantil de carácter extraordinario el 30 de
abril del mismo año, en la que se acuerda después de un amplio debate, expulsar
a los catedráticos Ramiro Matos Mendieta, Carlos Escobar Barrientos y al
Reverendo Padre Bernardo Rea Ravello, por haberlos encontrado responsables del
fraude en el concurso de cátedras y los exámenes de admisión (222). La sanción
impuesta por el estudiantado conllevó a que los expulsados apelaran y se
conformara una comisión investigadora con la presidencia del ingeniero Joaquín
Chivílchez. Sin embargo, para desdicha de ellos, después de las investigaciones
respectivas, la Comisión Chivílchez confirmaba el fraude el 19 de mayo de 1970
(224).
Una evidencia del fraude puede deducirse de una carta
inédita del 26 de julio de 1970, del profesor Jaime Cerrón no llegada a enviar
a su hermano Rodolfo, acerca del concurso de cátedras: “Me tienes por ahora enseñando por las noches en la Gran Unidad Escolar
Santa Isabel (GUESI); de día tengo unas cuatro horas en la Universidad del
Centro y unas nueve horas en La Cantuta (Muquiyauyo). Las cátedras son
diferentes, de allí que el tiempo que me queda es mínimo, tanto más que en la
diurna de la GUESI tengo unas seis horas de Educación Cívica y en José Gálvez
otras dos, quiero decir que en marzo me vi urgido por regresar a la secundaria
a como diera lugar en vista de la poca o ninguna suerte para el concurso que
como tú sabes estuvo muy enrevesado en grado más denigrante que en septiembre
del año pasado. Mas, esto no será motivo de retracción en las pretensiones que
continúo manteniendo; muy al contrario, renovados mis esfuerzos siempre iré
apuntalando en cualquier oportunidad que se presente” (305).
Fraccionamiento de la
FEP en Cuzco
Lo había sentenciado la dialéctica: la unidad es
relativa y la lucha de contrarios absoluta, también es dialéctico la
concatenación de la materia; lo que ocurría en el mundo (la discrepancia entre
Moscú y Pekín) repercutía en el país, en la región más lejana y en nuestras
universidades.
Un enfrentamiento ideológico entre estudiantes,
seguidores de las doctrinas “moscovita” y “pekinés”, había fraccionado la
unidad estudiantil nacional representada en la FEP, una historia frecuente en
la izquierda peruana que Jaime Cerrón Palomino, delegado estudiantil de la UNCP
al mencionado congreso estudiantil, la definió como lamentable. Fue un triunfo
de la derecha del que la izquierda aún no ha aprendido la lección final.
Carlos Cerrón Medina
Estos y otros pasivos del aprismo condicionó para que
el 14 de diciembre de 1971, juramentara Carlos Cerrón Medina como presidente de
la FEUNCP, en representación del FER. Lo acompañaban en el gobierno estudiantil:
Víctor Suasnabar, Víctor Cerrón Villaverde, Juan Camborda, Julio Meneses, Lucas
Bellido, Filemón Torres y Edilberto Hilario.
Ubaldo Mauricio
Barzola
El día 24 de enero de 1973 se produce un nuevo
enfrentamiento entre estudiantes de la universidad con motivo de realizarse las
elecciones estudiantiles para la presidencia de la federación, la misma que
trajo como consecuencia siete estudiantes heridos y un empleado. Sin embargo,
los resultados dieron ganador al FER en la persona de Ubaldo Mauricio Barzola,
derrotando a la Vanguardia Estudiantil Revolucionaria (VER) (230).
Filemón Torres
Vásquez
El día 17 de enero de 1975, nuevamente gana el FER la
presidencia de la FEUNCP, lista encabezada por Filemón Torres Vásquez, quien
derrota a la VER. En esta etapa la izquierda sufría una crisis ideológica
interna a raíz de las contradicciones entre moscovitas y pekineses, llevando el
dogmatismo pekinés al Presidente de la FEUNCP a rechazar la cooperación cubana
y faltar el respeto al presidente de la Comisión de Gobierno de la UNCP, Adriel
Osorio Zamalloa. Esto mereció la expulsión del presidente Torres Vásquez de la
UNCP, al igual que a su secretario de Relaciones Exteriores Ubaldo Mauricio
Barzola (232).
Juan Tutuy Aspauza
“Tutuy era un
militante valiente. Lo conocí cuando vendía su periódico Unidad en los
microbuses, pero antes de ello daba su discurso de orden”, refiere el Dr.
Torpoco (363). El Comité Electoral de las Elecciones Estudiantiles, presidido
por Edgar Reymundo Mercado, proclamó ganador al candidato Juan Tutuy Aspauza
del FER con 1986 votos, seguido por la aprista Alianza Revolucionaria
Estudiantil (ARE), con 131 votos (210). Fue una derrota grandiosa. Actualmente
el Dr. Juan Tutuy es rector de la Universidad Nacional de Educación Enrique
Guzmán y Valle - La Cantuta.
El estudiante
Chirinos
En los años 1977,1978 y 1979, la FEUNCP estaba
presidida por un estudiante de apellido Chirinos de la Facultad de Sociología.
A este alumno se le imputa la liquidación de la Federación Estudiantil durante
todo ese período, la misma que la puso al servicio de Jesús Véliz Lizárraga.
Bajo su dirección, la mencionada representación estudiantil no tuvo autoridad
de ningún tipo. Ante esta realidad, los estudiantes de las facultades se reúnen
y organizan sus comités de lucha y el conjunto de comités constituyen el Comité
Coordinador de Lucha de la UNCP, cuyo presidente fue el estudiante de la
Facultad de Educación Eliseo Gonzáles Sanabria y su vicepresidente, el alumno
Walter Ayala Cárdenas.
Walter Ayala Cárdenas
Presidente de la FEUNCP, en representación del FER, en
los años 1982, 1983 y 1984. Durante su gestión se producen múltiples
manifestaciones contra la política antiuniversitaria del gobierno belaundista
que logra la cúspide de su represión con la muerte del estudiante Isaías Marlon
Bravo Flores. Ayala se declara abiertamente y con orgullo, un discípulo de
Jaime Cerrón Palomino.
Ferrer Maizondo
Saldaña
Presidente de la FEUNCP, en representación del FER, en
los años 1985, 1986 y 1987. Es durante su gobierno que la Federación de
Estudiantes pretende tener un órgano de difusión y logra editar el primer y
único número de la revista que la denominó Huancamayo. Maizondo sufrió un
atentado, siendo herido de bala, presumiblemente por miembros del MRTA, motivo
por el que fue internado gravemente en el Hospital El Carmen de Huancayo para
luego abandonar la ciudad.
Himno del FER
I
Marchemos hacia la
liberación
Feristas al combate a
luchar
El pueblo nos llama
camaradas
Llegó la hora cero de
luchar.
II
Hundamos a los
yanquis y gorilas
Rompiendo las cadenas
de la opresión
Salgamos decididos al
combate
A cantar la victoria
o morir.
Coro
¡Adelante! ¡feristas!
Adelante hasta el
final
Luchemos por una
Patria Roja
Donde reine la
felicidad
Luchemos por una Patria
Roja
Feristas viva la
liberación.
III
De traidores y
revisionistas
Limpiemos la
Universidad
La ciencia debe
servir al pueblo
Luchemos todos por la
liberación.
IV
Obreros Campesinos
avancemos
Unidos en la lucha
pa´ vencer
La sangre vertida por
el pueblo
Es fuente de nuestra
inspiración.
Coro
¡Adelante! ¡feristas!
Adelante hasta el
final
Luchemos por una
Patria Roja
Donde reine la
felicidad
Luchemos por una
Patria Roja
Feristas viva la
liberación.
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